Levis Morales y Bergman Aguilar  sentían que el público en las butacas del Gimnasio Alexis Arguello del 20 de abril gritaba y se inclinaba por ellos como una tempestad superligera. Creían que estaban haciendo la pelea de sus vidas, sin embargo, en la entrada del Gimnasio estaba el veterano de 73 años llamado Ignacio Beristáin, quien incursionaba como si Hollywood se hubiera trasladado a ese envejecido y longevo lugar.

“Mirá es don Nacho” balbuceó un aficionado,  “quiero una foto”. Un pantalón de ejercitar de color azul y una camisa ploma vestían a Beristáin, el cual caminaba a paso lento y presionado por el calor, junto con  Marcelo Sánchez, promotor del evento.

No hubo asientos de primera línea para “Nacho”, quería sentirse parte del pueblo, miraba a las modelos mientras anunciaban el cambio de round, parecía concentrado pero el sinnúmero de aficionados lo interrumpían segundo tras segundo; “Sonría don nacho, tómese una foto con mi hijo”, “Venimos hasta aquí solo por usted”, “Venga mi nachito, aquí en medio”. Los flashes no dejaban de iluminar el Gimnasio ni tampoco cedían respiro alguno al originario de Veracruz, México.

Marcelo Sánchez quien parecía su Robin se separó de él por un momento, dejándolo solitario en las gradas. La paciencia no fue impaciente esa noche para Beristáin. Una mujer con una libreta en la mano y un delantal alrededor de su cintura se le acercó preguntándole: “Don nacho, ¿le damos su vigorón? Vigorón, vigorón, lleve su vigorón”.

Después del ingreso de Ignacio Beristáin no había más que esperar, “Nacho” era lo estelar de la velada, las demás peleas no eran otra cosa más que un show insípido montado para mostrar al entrenador. Al terminar todas las peleas, Beristáin habló y accedió a entrevistas.

“A ver, dime, dime”, expresó con su acento imperdible de mexicano.

--¿Qué le deja su estadía en Nicaragua?

“Mucho, me gustó tanto que seguiré conociendo, mañana voy a Masaya y el lunes a Granada. Quedé tan contento que regresaré más adelante”.

--¿Cómo define la personalidad del nicaragüense que conoció?

“El nica tiene un carácter bien chingón y saben tratar a las personas. Me gustaron mucho las hembras (ríe).

--¿Qué tanto le afectó el calor?

“No me afectó porque soy de un lugar más caliente que este”.

--¿Cómo nacho siente el contraste de estar en el MGM Grand en una pelea de Márquez y luego venir aquí aun Gimnasio popular sin condiciones?

“Es que estoy como si estuviera entre mi gente, es normal para mí. Si yo soy humilde ustedes son mucho mejor”.

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