El mal momento deportivo de Nacional lleva a que los propios hinchas, dirigentes y hasta personas ajenas al club busquen responsables y explicaciones. Como es lógico de esperar, el primer piso en temblar y sentirse bajo el ojo a través de la lupa es el del director técnico, Gerardo Pelusso, y la verdad es que desde su retorno al frente del equipo no ha cosechado buenos resultados futbolísticos.

Los números, piezas claves y fundamentales, indican que la reciente falta de victorias lo ha alejado de las posibilidades en cuanto a la obtención del Campeonato Uruguayo. Además la pésima actuación realizada en la Copa Libertadores acrecienta la crisis y se convierte en otra mochila para el entrenador, quien ve como cada intento de lograr un triunfo se convierte en un fracaso.

Desde su retorno, Pelusso ha dirigidos 16 partidos oficiales. De estos encuentros, nueve fueron por el torneo local, en los cuales obtuvo cuatro finales felices mientras que los otros cinco terminaron en derrotas, sumando así 12 puntos que lo ubican en la posición número nueve en la tabla del Clausura. A su vez, se ha alejado de la punta de la Anual y ha caído al cuarto puesto por debajo de River Plate, Danubio y Montevideo Wanderers.

En la Copa Libertadores los resultados son aún más pobres. Pese a lograr la clasificación a la fase de grupos frente a Oriente Petrolero, cayendo como visitante por 1-0 y ganando como local por 2-0, la actuación en el bombo número seis ha sido de lo peor que se ha visto por parte de un equipo uruguayo desde que Peñarol en el año 1986 terminara con tan solo una unidad.

Nacional lleva jugados cinco de los seis partidos correspondientes al programa de la copa internacional y suma tan sólo un punto, producto de un empate 2-2 conseguido ante Atlético Nacional en Medellín, que a su vez lo venció 0-1 en el partido de vuelta en Montevideo. Los tricolores también fueron derrotados por Newell´s Old Boys 4-0 en Argentina y 2-4 en Uruguay, y por Gremio 0-1 en el Parque Central. A falta de jugarse el segundo partido ante los brasileños en Brasil, el equipo uruguayo se ubica último en la tabla general que abarca a todos los conjuntos participantes.

En verano el sol brilla

Pese a esta dura realidad, el comienzo de la segunda era de Pelusso al frente del tricolor fue soñado, ganó las dos competiciones de verano, la Copa Bandes y la Copa Antel, y además salió victorioso en ambos clásicos ante Peñarol. El primero, luego de un empate a cero, se decidió desde los tiros penales, mientras que el segundo culminó con un marcador de 1-0, ambos en el Estadio Centenario, lugar donde también ganó las finales de dichas competencias, una frente al peruano Sporting Cristal 3-0 y la otra contra el argentino Atlético Rafaela 3-2.

Caos futbolistico y anímico

Sin embargo la ausencia de puntos no es lo único que preocupa dentro del club, la falta del buen rendimiento por parte de los jugadores es otro tema de discusión. Las fallas en el ataque, el mediocampo y la defensa son las pesadillas de todos los hinchas que sienten la ausencia de buen juego por parte de los futbolistas que no han cumplido con las expectativas que tiene todo fanático de un equipo denominado grande.

El problema radica en que Pelusso no ha podido encontrar el equipo indicado para encarar cada partido, ha rotado hombres por varias posiciones, ha probado con titulares y suplentes pero no ha dado con la respuesta que esperaba de cada uno. Este sistema de variantes provocó que futbolistas como Guillermo De Los Santos, tengan que cumplir funciones a las que no están acostumbrados. El exzaguero de Cerro ha tenido que abandonar su lugar frente al arco para salir a marcar en las puntas y no le ha ido nada bien en esa zona.

La mitad de la cancha tricolor se termina convirtiendo en un desorden cuando entra la desesperación por el correr de los minutos, el exceso de volantes provoca que se empiecen a amontonar y no logran cumplir cada uno con su función, solo pisarse unos a otros y hacer sentir la falta de creación de juego, detalle no menor que deja al delantero de turno aislado del resto del equipo y muchas veces es este quien termina jugando de creador para hacerse del balón, aun teniendo que estar de espaldas al arco rival.

El caso de Iván Alonso es un claro ejemplo de que el sistema de Pelusso provoca la desaparición de los hombres en ofensiva. No es lógico que el principal anotador de Nacional en el Apertura pase, en cuestión de semanas, de ser el gran artillero a ser una figura divagante en la delantera y con una sequía tremenda, ya que en los nueve partidos jugados hasta ahora de la segunda vuelta del Uruguayo, lleva marcados tan solo cuatro goles y dos de ellos fueron de penal.

No hay duda de que la figura fundamental del tricolor en la primera ronda fue su máximo goleador y es por eso que hoy la falta de eficacia del hombre de área es uno de los dolores de cabeza más importantes para el club. Mucho se habla de que son los años y que ya no es el mismo, pero también hay que tener en cuenta que el cuerpo técnico cambió y con ello la figura y el estilo de juego del equipo, lo que hace pensar si realmente será la culpa del goleador, de los demás jugadores, o del técnico por no crear un ambiente de juego ordenado y creativo para llevarle el balón y que él pueda hacer lo que ha demostrado saber muy bien, mandarla a guardar.

Aun así con el problema de eficacia que tiene adelante y de solidez que tiene en el fondo, lo que más preocupa es la actitud de gran parte de los futbolistas que parecen bajar los brazos fácilmente. Parecería que les falta espíritu, rebeldía, ese fuego sagrado para correr detrás de la pelota, esa garra con la que se caracterizó el fútbol uruguayo y sus representantes a lo largo de toda la rica historia de triunfos que se han obtenido tanto en el medio local como internacionalmente.

Nacional se ha sentido muy incómodo cada vez que ha recibido un gol, parce volver la incertidumbre a los jugadores y el desorden se hace presente junto al mal humor evidente en cada integrante del plantel. De todos los partidos en los que los tricolores han sufrido goles, han podido ganar solamente uno, fue ante El Tanque Sisley por la sexta fecha del Clausura y además es el único encuentro en el que han podido dar vuelta un resultado que comenzó siendo adverso.

Una luz de esperanza que se apagó pronto

Distinta fue la cara que mostró el equipo ante Newell´s en el Centenario. Podría decirse que fue el único partido dirigido por Pelusso hasta ahora en su segunda etapa, en el cual cada hombre que puso sobre el campo demostró tener un fuerte estado anímico y una mejora en cuanto a lo futbolístico. Si bien la oncena titular contaba con un buen potencial de juveniles al ataque, encabezado por Juan Cruz Mascia, la inexperiencia de la edad no se sintió y logró mantener arrinconado al conjunto argentino. Pero aun así los detalles mencionados anteriormente volvieron a aparecer, las expulsiones de Rafael García y Jorge Bava condicionaron el encuentro y con Andrés Scotti como arquero sobre el final, los uruguayos terminaron perdiendo 2-4 luego de comenzar ganando.

Nacional parece ser un tigre sin dientes que solo puede gruñir y mostrar presencia con su imagen, pero a su vez los rivales no le temen porque saben que en esta situación no puede hacer ningún daño. Caso claro de esto fueron las victorias de Juventud de Las Piedras y Liverpool ante los tricolores, las más recientes y más duras que provocaron la ira del técnico que no puede entender como se le siguen escapando los puntos.

Y a todo esto se suman los rumores de presuntas peleas entre integrantes del plantel, hechos que de inmediato salió a desmentir el entrenador afirmando: “Peleas entre jugadores no existieron, no es cierto y me hago responsable de lo que digo. Estamos en un momento muy difícil y de esta situación se sale con tranquilidad y unidos”.

Haciendo memoria

Una reunión en la directiva de Nacional decidió continuar con el apoyo al trabajo de Pelusso teniendo en cuenta sus resultados pasados al frente de los del Parque Central. En su anterior período al frente del equipo, el oriundo de Florida dirigió 63 partidos entre Campeonato Uruguayo, Liguilla y Copa Libertadores, con una eficacia del 67% de los puntos.

Cuando tomó la dirección del plantel en 2007, el tricolor venía de tener un mal comienzo en el medio local, mientras que el nuevo técnico venía de ser campeón en Perú con Alianza Lima. El entonces nuevo entrenador del albo, logró remontar la situación y culminar cuarto en el Apertura. Pese a que luego quedó quinto en el Clausura, obtuvo su primer título al ganar la Liguilla y clasificar al principal torneo internacional del continente.

Para el próximo campeonato que encararía Pelusso, la suerte sería distinta y en 2009 logró el título de primera división con Nacional, acto que ya había realizado con Danubio en 2004. Ese mismo año, consiguió llevar a su equipo hasta semifinales de la Libertadores, instancia que luego alcanzaría con Universidad de Chile al año siguiente.

En 2011 comenzaría su etapa en Paraguay, en la cual contó con una importante alegría y a su vez una gran polémica. Dirigió a Olimpia, el equipo que más copas tiene en el país (39) y el único que hasta ahora participó en todas las ediciones de la División de Honor  (109), y lo llevó a la obtención del título de la primera división luego de 11 años en los que el club no había podido lograrlo.

Pero no todo sería perfecto con los olimpistas, en 2012 comenzaron a sonar rumores de que Pelusso había tenido conversaciones con la Asociación Paraguaya de Fútbol (APF) para asumir el cargo de entrenador en el seleccionado mayor de ese país, aun estando en desarrollo un nuevo campeonato local en el cual sus dirigidos llevaban 12 puntos de ventaja en la punta, y luego de estas sospechas, comenzó a caer el ritmo del plantel y terminó por perder lo que pudo ser el segundo título consecutivo.

Esto lo llevó a ser catalogado como "traidor" por algunos de los hinchas de Olimpia, ya que aseguran que se descuidó por estar pensando ya en la selección de Paraguay y no defender al club como debía, y más aún cuando se hizo efectivo su nombramiento como director técnico de la albirroja.

Sería entonces cuando comenzaría la hasta ahora mala racha de Gerardo Pelusso, en la cual ha sufrido la sombra de la derrota y el fracaso. Dirigió siete partidos, perdió cinco, ganó uno y empató uno (ante Uruguay en el Centenario), dejando así definitivamente eliminado al seleccionado paraguayo del Mundial Brasil 2014, pese a que cuando asumió el floridense, ya venía de una pobre serie de partidos al mando de Francisco Arce.

Luego de esta serie de derrotas y resultados negativos, en los que sus dirigidos no mostraron nada de lo que esperaba ver el pueblo guaraní, el actual técnico tricolor no tuvo más opción que presentar la renuncia y abandonar la selección de Paraguay. Desde entonces la figura técnica de quien supo ser campeón con un equipo grande y un chico en Uruguay, no ha vuelto a ser la misma que solía resaltar, hasta el punto en el que hoy, al frente de los bolsos, sigue siendo día a día cuestionado.

Se acerca el final... del Clausura

En el Torneo Clausura local, faltando seis fechas por jugarse, Nacional hace tiempo que ya no dependen de sí mismo y a estas alturas parecería que lo único que les queda esperar para tomar un respiro es ganar el clásico ante Peñarol y que estos no salgan campeones del Clausura, para que así no se remarque tanto la mala dirección que ha tomado el equipo bajo un mando de Gerardo Pelusso que ha demostrado no ser el indicado pero que aun así desde la directiva se pretende mantener e insistir con él hasta última instancia, cueste lo que cueste.