La tarde aparecía con algunos nubarrones, muy cerca de llover. Tarde gris en Montevideo, con un clima que no acompañaba por lo que se había pronosticado. Peñarol llegaba tras haberle ganado a Jorge Wilstermann por la Copa Sudamericana como local y de vencer en el debut a Cerro. Con 3 cambios en la formación titular (afuera Carlos Valdez, Sebastián Piriz y Marcelo Zalayeta; adentro Darío Rodriguez, Marcel Novick y Juan Manuel Olivera), el equipo de Jorge Fosatti tenía la posibilidad de ser líder del torneo si conseguía las 3 unidades ante un rival que nunca había perdido. Por su parte, Juventud quería olvidar la derrota en la 1° fecha ante Fénix y comenzar a ganar, con el objetivo de acumular la mayor cantidad de puntos y no sufrir con el descenso en esta temporada.

Poco y nada pasó en la primera mitad, donde ninguno de los dos equipos lograba tener en posesión el balón, y si lo tenían, lo perdían a la brevedad. Lo más importante fue la táctica y estrategia empleada por el equipo pedrense, ya que el entrenador pudo “descativar” a Antonio Pacheco en la mitad de la cancha y la subida de los laterales Andrés Rodales y Diogo Silvestre. Desde ahí, a Peñarol le fue imposible crear jugadas y peligrar el arco rival. Mérito de Jorge Giordano.

Para la segunda mitad, el DT manya les dio algunas indicaciones a sus dirigidos, entre las que se destacan ser más veloces desde la mitad de la cancha y observar los huecos por donde penetrar la defensa local. Alejandro Silva entró por Andrés Rodales para contrarrestar la estrategia en juego y darle más velocidad y creatividad al ataque aurinegro. Mérito de Jorge Fosatti esta vez, ya que Peñarol lograba pasar a la ofensiva en más de una oportunidad. Y en una de ellas, Jorge “Japo” Rodriguez iba a ser protagonista: de tanto insistir, el mediocampista ejecutó un tiro libre a los 20 minutos y puso a su equipo arriba en el marcador. 1-0 en pleno diluvio en Montevideo. ¿Merecido? No, porque Juventud había hecho bien las cosas para que el manya no convirtiera. Lo que si empleaba el equipo local eran los contraataques, ya que, con la pelota recuperada tras los intentos inertes del rival, Gastón Puerari, Jaime Báez y Matías Porcari eran los encargados de llevar peligro al área defendida por Pablo Migliore.

Luego, el mismo partido siguió. El delantero Baéz tuvo una situación de gol clara la cual no pudo aprovechar, y en el final, el conjunto picapiedra no encontró el gol de milagro, ya que la defensa aurinegra no estaba del todo concentrada y aguardaba por el final del partido, que de tanto sufrir, llegó.

Partido difícil para Peñarol, que con los 3 puntos obtenidos en la tarde de hoy, se convirtió en el líder del Torneo Apertura con 6 unidades, junto a Fénix, Racing de Sayago y Nacional. Ahora deberá ganar la llave en la Copa Sudamericana y pasar de ronda cuando juegue ante Jorge Wilstermann el jueves en Bolivia por el partido de vuelta. A su vez, los dirigidos por Jorge Giordano hicieron bien la tarea en el partido, aunque el futbol tenga estos condimentos.  Imagen positiva dejó, la cual deberá mantener en el próximo partido como visitante ante Cerro.