Después de la eliminación en la Copa Total Sudamericana y la posición del equipo en el  Torneo Apertura, el entrenador de Peñarol, Jorge Fossati analizó su continuidad en el club.

A fin de año expira su contrato y los mirasoles pasarán un período de elecciones. Ya se sabe que los candidatos tienen sus propias ideas de cómo gestionar la institución; aunque de igual forma tendría el apoyo de los sectores más importantes de la política aurinegra.

A Fossati el único desafío que le queda por delante es ganar el clásico ante un Nacional que viene de muy buena forma, puntero y que sólo ha perdido tres puntos (ante El Tanque Sisley) en el torneo. El partido clásico se jugará en dos fechas y la diferencia de ocho puntos parece demasiado para la esperanza de los carboneros, pesando en el ánimo del plantel.

El flaco dirigió al equipo en cuatro competencias. Los puntos obtenidos (63%) contradicen la falta de resultados a nivel global : 37 partidos, 20 ganados, 10 empates y 7 perdió derrotas.

Fossati le dijo al presidente del club que quiere lo mejor para Peñarol, por lo cual si había alternativas mejores estaba dispuesto a dar un paso al costado; eso sí, en ningun momento puso su cargo a disposición e incluso a pesar de todas las ofertas del exterior, si la nueva directiva tiene un buen proyecto, el experiente técnico se quedaría.

Lo que deja más en claro es que su ánimo de seguir al mando del equipo continuará por lo que siente por el manya, con la excepción de que el hincha carbonero no esté satisfecho con su labor, y en ese caso no dudaría en partir con su grupo de trabajo hacia el exterior.