Errante y sin claridad, mas luchando hasta el último balón, el conjunto de Alfredo Arias se llevó los tres puntos frente a los venezolanos, que de no haber fallado sobre el cierre del encuentro se hubiesen llevado una victoria como visitantes con absoluta justicia. El equipo del Prado no pudo plasmar el fútbol que expone habitualmente, ya que su rival se mostró sólido en defensa y peligroso en ataque.

A los 14 segundos de juego, Jhon Murillo comenzó a exhibir la clase de jugador que es, ganándole cómodamente en velocidad a Paulo Lima y quedando mano a mano con Leonardo Burián. El golero ex Nacional salió del área chica justo a tiempo, reduciendo el ángulo de tiro y tapando un remate fortísimo del delantero.

El partido fue muy trabado y luchado. Ambos equipos presionaban pero no tenían precisión a la hora de jugar la pelota. A su vez, cortaban con duras faltas los avances del adversario, por lo que era de esperarse que ninguno de los dos conjuntos terminase el partido con los once futbolistas en cancha. Tanto es así que en el minuto 20 el lateral derecho Ángel Faría fue a disputar el balón con Santiago Martínez dejando la suela extendida hacia adelante, impactando en su rival y obligando al árbitro Raúl Orosco a expulsarlo del campo de juego.

Sin embargo, 5 minutos después, un error en la salida de Adrián Colombino fruto de la presión de Jhon Murillo dejó mal parada a la defensa bohemia. El delantero de la selección vinotinto avanzó a toda velocidad con el balón unos 40 metros por el sector derecho, pisó el área y definió entre las piernas del portero Burián, marcando así el primer gol del encuentro.

Enseguida, el propio Colombino —que no tuvo una buena noche— trabó el balón en la mitad del campo con Luis Vargas, pero fue al encuentro con tanta vehemencia que no pudo evitar pisar al capitán del equipo adversario, por lo que el juez boliviano le mostró la tarjeta roja. 

Con más espacios en cancha y aprovechando las imprecisiones de la defensa y el mediocampo de Wanderers y la velocidad de sus ofensores, el conjunto de Julio Quintero pudo haber ampliado la ventaja. En el minuto 34, Pierre Pluchino aprovechó una pérdida de Diego Riolfo y una pifia de Paulo Lima y se hizo del balón dentro del área, pero su remate fue al centro del arco y encontró bien parado a Burián. Cuatro minutos más tarde, José Torres se asoció con Murillo por derecha, encaró y superó la marca de Silva y tiró el centro al corazón del área, donde otra vez apareció Pluchino, pero el delantero no pudo darle de lleno a un balón que salió débilemente hacia las manos del golero bohemio.

Sobre el cierre de la primera etapa el conjunto de Alfredo Arias, al verse en desventaja y con más ganas que buen fútbol, despertó y salió a buscar el empate. Los buenos hombres que conformaron la ofensiva —fundamentalmente Juan Cruz Mascia, Diego Riolfo y Gastón Rodríguez— no tuvieron un buen partido, por lo que resultó difícil elaborar jugadas de peligro para el golero venezolano. 

De pelota parada y en el minuto 42 llegó la primera ocasión de gol del bohemio. Un centro desde la derecha de Nicolás Albarracín —quien fue la figura del cotejo— terminó en un despeje hacia arriba de la defensa visitante y en una posterior chilena de Diego Riolfo que pasó muy cerca del palo izquierdo de Álvaro Forero.

Cuando se jugaba tiempo adicionado y Zamora esperaba a su rival en campo propio, Gastón Bueno se animó a cruzar la línea media con balón dominado y jugó la pelota por la banda izquierda hacia la posición de Maximiliano Olivera, quien desbordó y tiró un centro potente que fue conectado al borde del área chica por Gastón Rodríguez, quien apareció como un centrodelantero y definió de primera para decretar la igualdad.
 
En el comienzo del segundo tiempo, Mascia conectó de cabeza un córner ejecutado por Albarracín, pero Murillo se encontraba pegado al palo izquierdo de Forero y mandó la pelota al tiro de esquina cuando se vislumbraba el tercer gol del encuentro.

El ímpetu con el que Wanderers finalizó la primera etapa y comenzó la segunda fue demolido en el minuto 53. Un zapatazo brutal desde lejos del área de Eduardo Flores —muy similar al disparo de Giovanni van Bronckhorst ante Uruguay en la semifinal del Mundial de 2010— se coló en el ángulo superior derecho del arco de Burián, que nada pudo hacer para evitar la caída de su valla.

Dos minutos más tarde, cuando el bohemio aún no se reponía del golpe sufrdo, los venezolanos pudieron sentenciar el partido. Yordan Osorio despejó el balón de punta y hacia adelante buscando a Murillo, quien luchó cuerpo a cuerpo con Bueno —quien había quedado como último hombre— y ganó la posición, rematando desde lejos y pasando la pelota por sobre el cuerpo del golero, haciendo temblar el travesaño y desaprovechando una oportunidad muy favorable para el equipo de Quintero.

Los del Prado no encontraban los caminos y la victoria de Zamora parecía estar sellada. Aproximaciones a través de un disparo de Rodríguez y otro de Silva inquietaron a Forero, pero el conjunto de Arias parecía no encontrar el buen juego que acostumbra a enseñar. Sin embargo, unos últimos 15 minutos fatales para la visita permitieron que el encuentro tomase un vuelco inesperado.

En el minuto 78 Santiago Martínez puso una pelota a espaldas de Luis Ovalle, quien parecía tener el control de la situación y haber tomado los recaudos necesarios para que Leandro Reymundez no tomara contacto con el balón. Sin embargo, su desatención fue aprovechada por el recién ingresado, quien iba a quedar cara a cara con el golero rival cuando fue tomado de la camiseta desde atrás. El lateral izquierdo venezolano recibió la segunda tarjeta amarilla y opacó lo que había sido una brillante actuación de sus compañeros hasta el momento. Albarracín ejecutó el penal con un potente disparo cruzado que dejó sin asunto a Forero, quien adivinó que el balón se dirigiría hacia su vertical izquierdo pero no alcanzó a desviar la trayectoria del mismo. El local aprovechó un error grosero de la defensa de Zamora, empató y con un hombre de más salió a buscar la victoria en los 10 minutos finales.

Dos minutos después, Silva luchó un balón por el sector derecho del ataque y consiguió un tiro de esquina. Él mismo lo ejecutó en corto para Albarracín, quien, sin marca, colocó un centro para Reymundez, que apareció entre los dos zagueros adversarios y cabeceó hacia el segundo palo, dejando parado al arquero y convirtiendo el tercer tanto de su equipo.

Más por errores ajenos que por virtudes propias, Wanderers dio vuelta el marcador de forma imprevista y consiguió un triunfo vital para seguir soñando con el pasaje a octavos de final de la Copa Libertadores. En el minuto 88 y tras un contragolpe, Yuri Galli remató desde fuera del área y la pelota se estrelló contra el vertical izquierdo del golero de Zamora. Sobre el cierre del cotejo, un intercambio de insultos entre Murillo y Mascia terminó con la expulsión de ambos, pero esto en nada afectó al trámite del encuentro, ya que no había tiempo para nada más.

Alfredo Arias se fue del Parque Central con más preocupación que orgullo, pero sabiendo que su equipo es puntero del grupo 5 y que pudo dar vuelta un partido que indudablemente estaba perdido gracias a la perseverancia de sus hombres.