El elenco tricolor no tuvo un buen desempeño en su tercer partido oficial de la temporada, pero de todos modos obtuvo la clasificación de forma justificada, dada la buena presentación del equipo en el partido de ida disputado en Santa Cruz de la Sierra. El conjunto boliviano, si bien mostró una mejor cara que la que presentó cuando fue local, estuvo lejos de poner en riesgo la continuidad del club uruguayo en el certamen internacional.

Nacional fue anunciado en su accionar y no pudo exponer el fútbol fluido que lo caracterizó en los encuentros de preparación y en el cotejo frente a Villa Teresa. No supo cubrir las ausencias de Gonzalo Porras, Ignacio González e Iván Alonso, quienes son pilares en este —y en cualquier— sistema táctico albo. 

El mayor déficit del plantel tricolor se encuentra en la falta de gestadores de fútbol. Quedó en evidencia que Sebastián Eguren y Sebastián Fernéndez, sustitutos hoy de los generadores de juego que son titulares habitualmente, no pueden cumplir el rol que se les asigna y que resulta injusto que se les exija que realicen esta función. La partida de Álvaro Recoba, Gastón Pereiro, Gonzalo Ramos y Hugo Dorrego ha dejado un vacío en este plantel que no ha podido llenarse.

Jorge Fucile y Mathías Abero tuvieron algunos inconvenientes en la contención. El golero Esteban Conde no se mostró seguro en la noche del jueves e inclusive se equivocó en un par de oportunidades cuando intentó salir por bajo. José Aja sí tuvo una buena actuación, siendo el más destacado en el fondo de Nacional.

Oriente Petrolero inquietó en algunas pocas ocasiones en el primer tiempo. Otra vez Thiago Dos Santos se mostró muy activo en el equipo boliviano y fue la mayor amenaza para el conjunto tricolor. El español Rubén de la Cuesta, quien es otro de los jugadores de buen pie del conjunto albiverde, no pudo practicar el fútbol que suele desplegar porque tuvo la asfixiante marca de Santiago Romero —quien fue la figura del encuentro— durante los 90 minutos de partido. El elenco dirigido por Roberto Pompei planteó una presión alta que complicó la salida de los albos, pero tuvo ciertas falencias en defensa, fundamentalmente en la línea final —los laterales Carlos Añez y Alan Mercado mostraron altibajos—.

En la segunda mitad Nacional mejoró levemente. Los visitantes no generaron ni una sola jugada de riesgo para Conde en todo el complemento.

Sebastián Abreu pareció no cuajar en el sistema. Se lo vio impreciso. De Pena tuvo un muy buen desempeño, pero cuando rotó de sector con Leandro Barcia en el segundo tiempo perdió peso en ofensiva. El elenco tricolor se limitó a jugar por las bandas sin pasar previamente por el sector central del campo, por lo que no hubo descargas desde el medio hacia los costados sino que directamente se buscó de forma anunciada a los volantes externos. Cuando esto no era posible, las pelotas iban hacia Abreu, quien cumplió una función de pivot.

La ausencia de varios jugadores titulares fue muy notoria. Nacional se pudo permitir la rotación de medio equipo en esta ocasión, pero es evidente que hay algunos futbolistas que resultan indispensables para el sistema que desea implantar el entrenador Gustavo Munúa.