Los dirigidos por Rosario Martínez, fieles a su estilo, lograron una justificada victoria sobre el equipo de Sayago, que sigue sin pesar en ofensiva pese a tener atacantes de renombre y que presentó algunas distracciones en defensa que permitieron los goles del equipo local. El conjunto albivioleta se mostró muy sólido en defensa y cuenta con un tridente en ofensiva de calidad: Lucas Cavallini, Maximiliano Pérez y Martín Ligüera constituyen el porqué de este muy buen comienzo de temporada de un club que logró vencer a su clásico rival como local luego de 13 años sin poder hacerlo.

La victoria se construyó desde el comienzo. En el minuto dos, tras un corner desde la derecha y una serie de rebotes dentro del área, el lateral Leandro Zaspe encontró la pelota dentro del área y con un derechazo decretó la apertura del marcador. En los tres partidos que disputó, el equipo de Santiago Ostolaza se encontró en desventaja antes del minuto 7 de juego.

Fénix dejó venir a su rival y lo pagó caro. Aguilar trepó por derecha y mandó un centro al corazón del área que conectó de cabeza Jean Pierre Barrientos. La pelota picó, pegó en el palo y fue rechazada por el portero Darío Denis, pero el asistente —en una decisión discutible— marcó que el balón ingresó su totalidad, por lo que el encuentro estaba entonces empatado en el minuto 15.

Raúl Ferro se adueñó del mediocampo. El encuentro fue entretenido y parejo en el primer tiempo, con cierta preeminencia de los hombres de Rosario Martínez. En el minuto 38 Ignacio Pallas ganó por arriba en el área rival y apareció Cavallini con un segundo cabezazo que se coló contra el vertical derecho de Contreras y le devolvió la ventaja a su equipo.

En el complemento el cotejo cambió. Fénix estando arriba en el marcador se recostó en su campo y jugó con paciencia y tranquilidad. Racing quiso pero no pudo. Santiago Ostolaza sigue sin encontrarle la vuelta al equipo y sus cambios no dieron los resultados esperados.

El partido se disputó mayormente en campo albivioleta y bajó su intensidad. Luego de un breve asedio a Denis cuando aún faltaba media hora para el final, los locales se acomodaron y estuvieron más cerca de ampliar la ventaja —con peligrosos contragolpes— que la visita de descontar. 

En el minuto 80, un contragolpe por derecha iniciado por Mateo Carro devino en un centro que buscó a Cavallini por el segundo palo, pero que fue interceptado por Darwin Torres, quien, en desafortunada acción, metió la pelota en su propio arco y le puso fin al partido.

Fue indiscutible la victoria de un equipo que respeta un modo de juego que le ha resultado efectivo frente a otro que tiene mucho para dar pero que no encuentra soluciones.