El conjunto aurinegro no jugó bien pero marcó tres goles y provisoriamente es el único puntero del campeonato. El elenco cervecero tampoco realizó una buena presentación, pero despertó faltando 5 minutos para el final del encuentro y por ello tuvo la posibilidad de rescatar un empate, pero otra vez se quedó con las manos vacías.

Racing comenzó activo. Juan Pablo Rodríguez tuvo una clara oportunidad en el tercer minuto de partido que fue despediciada. La pelota le quedó para su pierna inhábil y el derechazo se fue muy desviado, cuando la ocasión era propicia para abrir el marcador.

Instantes después, Quiñones ganó de cabeza frente a dos rivales tras un centro desde la izquierda, pero la pelota se perdió por encima del horizontal.

Sin embargo, este buen comienzo solo fue el preludio de un encuentro absolutamente deslucido y poco atractivo.

En el minuto 36 llegó el primer gol aurinegro, en una jugada de otro partido. Diogo apostó al mano a mano frente a Trindade, ganó la línea final y tiró un centro que fue conectado por Ifrán, quien anticipó a su marcador y de taco batió a Contreras. Un muy lindo e inmerecido gol de Peñarol habría de cambiar el trámite.

Racing, con poco fútbol, intentó sobreponerse tras el tanto recibido. Lo logró relativamente inclusive hasta el minuto 10 del complemento. Atacó por el sector derecho y complicó al lateral brasileño de Peñarol, fundamentalmente a través de intervenciones del volante Diego Zabala. Sin embargo, el gol parecía estar lejos aún.

Otro chispazo mirasol fuera de contexto iluminó la tarde que caía. Forlán, quien hasta entonces no había aparecido en juego prácticamente en ninguna jugada, recibió el balón de espaldas al arco y asistió de taco de forma brillante a Aguiar, quien quedó frente al portero y cruzó el remate para anotar el segundo tanto de la tarde. El gol, por lo mostrado por Racing hasta ese entonces, parecía cerrar el telón del partido.

El conjunto de Larrosa adelantó sus líneas para intentar ofender, pero lo único que logró fue desnudar sus problemas defensivos. Contreras ahogó un tiro de Aguiar en notable intervención e Ifrán pudo estirar la ventaja en dos oportunidades: en la primera Torres lo trabó justo a tiempo, cuando el delantero quedaba en posición de remate, y en la segunda su cabezazo tras un córner se perdió apenas afuera.

Faltando cinco minutos para el final, Leandro Ezquerra —quien había ingresado veinte minutos antes— ejecutó de forma impecable un tiro libre al borde del área. La pelota se clavó en el ángulo superior derecho de Guruceaga, quien voló pero no pudo detener el balón.

El descuento despertó al conjunto de Sayago, que, a puro corazón, fue en busca de la igualdad y estuvo cerca de obtenerla. Zabala probó desde lejos y forzó una muy buena intervención del golero aurinegro, quien rechazó la pelota hacia el córner. Cuando expiraba el tiempo reglamentario, Romero probó con un tiro que rebotó en un defensa y complicó a Guruceaga, quien otra vez se lució y justo a tiempo logró rechazar el balón. En el minuto 91, el portero falló en una salida tras un corner y Trindade apareció con el arco libre por el segundo palo, pero llegó de forma forzada a conectar el balón, por lo que no pudo darle a la pelota la dirección adecuada y se perdió el empate.

La reacción albiverde murió en un contragolpe letal de Peñarol. Cuando quedaban segundos para el final, y tras una clara falta no pitada de Nández sobre Lacoste en el origen de la jugada, Palacios pudo desbordar por derecha y habilitar a Aguirregaray, quien apareció a toda máquina por el sector central y puso el tercer tanto de su equipo.

Aguiar, Nicolini y Ezquerra intentaron poner orden en sus equipos y por ello fueron los hombres destacados del cotejo. Poco que decir del resto, en una tarde de escasísimo fútbol.

El equipo de Bengoechea marcó la diferencia gracias a genialidades puntuales de sus hombres de ofensiva. Apostar a la efectividad de los delanteros es válido y el entrenador sabe que aunque el funcionamiento de su equipo no sea el mejor, el rival jamás puede descuidar a los delanteros auriengros. Sin embargo, el conjunto mirasol debe mejorar su producción futbolística, porque quizá en otras ocasiones el mero virtuosismo de sus atacantes no baste para ganar un partido.

Peñarol se marchó feliz del Estadio Centenario por el resultado, pero preocupado por lo mostrado en el terreno de juego. Ganó por dos tacos, pero no de taquito.