En el último partido de la 7ª fecha del Campeonato Apertura, River Plate le ganó por 4 a 0 a Peñarol, en el Estadio Centenario.

Un resultado que hace ruido. Retumba. River le hizo cuatro goles a Peñarol y pudieron ser más.

Fue un partido dividido en dos partes totalmente opuestas. El primer tiempo se fue con victoria darsenera por la mínima diferencia, con un Peñarol que no merecía ese score, sino que debió ir ganando, pero enfrente estuvo la excelente actuación de Nicola Pérez.

El encuentro comenzó con llegadas para ambos bandos, siendo las del “Mirasol” las más claras. Después de algunas llegadas del equipo aurinegro, a los 12’ respondió River: una habilitación de Fernando Gorriarán para Bruno Montelongo (quien se filtró entre los zagueros) generó que éste eludiera a Guruceaga y definiera con el arco a su merced.

Remates desde fuera del área, internadas en la misma y definiciones tanto por debajo como por arriba. Esto fue lo que hizo Peñarol durante gran parte del primer tiempo, sobre todo en los primeros 25’. Pero, en el arco locatario estaba Nicola Pérez, quien defendió a capa y espada los intereses de los suyos. Aunque Forlán no estaba fino, el “Carbonero” pudo hilvanar jugadas en ofensiva y generar peligro.

Andrés Cunha pitó y ambas escuadras se fueron a los vestuarios. Ya para la segunda mitad se vino la sustitución que generó un “click” enorme en el encuentro: Carlos Luque por Sebastián Píriz. No porque Píriz haya estado magnífico ni el argentino haya sido un desastre, sino porque Bengoechea dejó a Aguiar y Nández solos en el mediocampo ante los ataques constantes de los comandados por Carrasco.

Fueron pasando los minutos y a Peñarol no le salía nada. La situación se agudizó cuando a los 62’ un contragolpe dejó a tres atacantes blanquirrojos contra un defensor aurinegro. Gorriarán para Alaniz, éste definió y ante el rebote del arquero, Santos remató a gol. Este tanto destrozó a los visitantes, y dejó sin oxígeno a un mediocampo que combatió en inferioridad numérica durante toda la segunda parte.

River Plate siguió contragolpeando y asediando a Guruceaga y compañía. A los 69’ llegó el tercero a manos de Martín Alaniz y a los 76’ el de penal por parte del “Morro” García.

Los restantes 15 minutos estuvieron de más, ya Peñarol estaba fulminado sobre el césped y River no siguió insistiendo.

Peñarol terminó sufriendo en la mitad del campo, en donde River se hizo un picnic en la segunda mitad. Un cambio que generó muchas flaquezas, dejando sin oxígeno a todo el equipo.