En la tarde de ayer saltaba la noticia de que Robert Gesink (Belkin) se retiraría temporalmente del ciclismo para someterse a unas pruebas por problemas de arritmias cardiacos, dolencias que lleva sufriendo un tiempo. Por ello, ahora es el momento indicado para recordar la trayectoria del holandés, un ciclista que, desde que entró en el mundo del ciclismo profesional, siempre ha apuntado alto pero en pocas ocasiones ha logrado rayar a la altura de lo esperado.

Un joven Gesink ingresó en la disciplina de Rabobank en 2006, después de haber estado en el Lowik-van Losser. Pasó a formar parte del equipo continental del conjunto holandés, donde tan solo duró un año, ya que sus resultados fueron bastante buenos, especialmente el tercer puesto en la general de la Volta al Algarve. Por ello, en 2007 da el salto al Rabobank de World Tour, al equipo profesional de la disciplina holandesa donde llegó como una de las grandes promesas del ciclismo mundial, aunque poco a poco estas expectativas se han desvanecido.

Su primer año en el máximo nivel ciclista fue positivo. Logró los maillots de mejor joven en el Tour de California y en la Vuelta a Alemania, además de ser segundo en la Vuelta a Polonia, lograr la victoria de etapa en la segunda etapa de la Vuelta a Bélgica y ser noveno en la Flecha Valona, con lo que demostraba que, pese a ser a priori un vueltómano, las clásicas con cotas no se le daban nada mal.

Su primera participación en una gran vuelta llegó en 2008, cuando tomó parte en la Vuelta, donde acabaría en una meritoria séptima plaza. Las esperanzas que el ciclismo holandés tenía sobre él crecían con estas buenas demostraciones que Gesink realizaba. Su progresión continuaba y al año siguiente, además de mejorar su puesto en la Vuelta, ya que en esta ocasión fue sexto, rozó el podio en el Dauphiné, donde acabó cuarto y venció en el Giro dell'Emilia.

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El año 2010 podría ser el considerado como mejor temporada de su carrera. Repitió el triunfo en el Giro dell'Emilia, además de vencer en el GP de Montreal. Gesink debutó en el Tour, donde acabó quinto, mismo puesto que en Tirreno y la Vuelta a Suiza, donde además se llevó el triunfo de la quinta etapa. En 2011 el holandés comenzó con mucha fuerza la campaña, llevándose la general del Tour de Omán (con dos triunfos de etapa incluídos) y siendo subcampeón de la Tirreno-Adriático, donde también se llevó una etapa pero, pese a todo, sus resultados en Tour y Dauphiné empeoraron y en Quebec acabó segundo.

Aun así, en 2012 parecía que Gesink volvía a despegar. Tras un inicio de año algo aciago, en el Tour de California fue el mejor de la general y venció en la séptima etapa. Posteriormente fue cuarto en la Vuelta a Suiza y afrontó el Tour con esperanzas, que se vieron truncadas con su abandono en la duodécima etapa. En la Vuelta volvió a mostrar un gran nivel, acabando sexto, y puso el colofón a este año con el quinto puesto en la contrarreloj del Mundial.

La pasada temporada volvió a ser una campaña nefasta para él. No logró acercarse a la victoria en todo el año y puso todo su empeño en el Giro de Italia, donde debutaba, pero se vio obligado a abandonar en la penúltima etapa. En el Tour las cosas fueron algo mejor, ya que acabó la prueba, pero en una discreta vigésimo sexta plaza. Para maquillar levemente su año, venció en el GP de Québec. Estos meses de competición en 2014 tampoco han sido muy productivos para el ciclista de Aalten, que fue sexto en el Tour Down Under y quinto en Omán. Su última aparición fue en la Vuelta al País Vasco, donde no tomó la salida de la quinta etapa por los ya citados problemas cardiacos y tomó la decisión de tratar de sanarlos para intentar hacer despegar su carrera de una vez por todas.