Michael Rogers se hacía con el triunfo de etapa en Bagneres de Luchon, el primero de su carrera en el Tour de Francia. Esta victoria, sumada a las dos que logró en el Giro, hacen que su regreso al ciclismo haya sido perfecto después de que la UCI le perdonase su positivo por clembuterol en la Japan Cup. Con esta, el Tinkoff suma ya dos triunfos en esta edición de la Grande Boucle tras la de Rafal Majka el pasado sábado.

Rogers se mostraba feliz en línea de meta. "Es sensacional", decía el australiano. "Cuando se llegó al principio de la última subida sabía que Voeckler era el rival a batir. Tenía, además, un compañero con él y podía jugar sus cartas. Pero no iba a dejar que me ganara hoy, he estado muchas veces en situaciones así y no logré ganar. He dicho 'gano sí o sí' ", confesó el vencedor en la jornada de hoy.

"Tenía la sensación de que la etapa comenzaba realmente en el pie de Port Balés para mí y en la cima éramos solo tres los corredores que quedábamos en el grupo. En el descenso, Gautier nos alcanzó y se unió Voeckler, pero rodé tan rápido como pude, abrí hueco y mantuve el ritmo hasta meta. Nadie me iba a batir", confesó.

Rogers reconoció estar "inmensamente feliz" por poder tener una victoria de etapa del Tour en su currículum. "Este año he cambiado de mentalidad", reveló. "Hay que cambiar el chip, apostar por etapas en lugar de generales. Hay que creer en uno mismo, en tus posibilidades y aprovechar todas las oportunidades", concluyó. 

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