Festival de San Sebastián (III): las caras del ser humano
Pasolini (Foto (sin efecto): thefilmstage)

Cine VAVEL sigue en la ciudad vasca informando los sucesos y comentando las películas del festival de cine más importante de España. Aunque el calor aprieta cada dia más, la gente prefiere aprovechar la oportunidad de ver películas, que seguramente no se distribuirán en nuestro país, en lugar de ir a la playa. Por lo que hace a nosotros, ayer fue el turno de visionar Los tontos y los estúpidos del español Roberto Castón, Vincent del francés Thomas Salvador, Ciencias naturales del argentino Matías Lucchesi y Pasolini del americano Abel Ferrara.

La mañana, con dos películas de la sección Nuevos Directores, no podía empezar mejor. La verdad es que la propuesta del director español ha sorprendido gratamente a gran parte de la sala. Su obra narra cómo cuatro personas entrecruzan sus caminos e intentan salir de una vida que no les gusta. El interés no recae tanto en la historia como en el estilo de la película: el metalenguaje. Además de contar una historia, Los tontos y los estúpidos es un homenaje al arte de crear una pieza audiovisual y a los actores.

Grata acogida a la película de Castón, que tuvo que rehacerse por la crisis

Tal y como ha contado después Castón, cuando estaban haciendo la primera versión de la película, llegó la crisis y les cortó todas las subvenciones. Una vez sin dinero, decidieron rehacer el guion, de tal forma que toda la película está filmada en un estudio cinematográfico y gira entorno a unos actores que están intepretando la historia que inicialmente se había planeado. Un giro creativo y con astucia del director para solucionar la falta de economía para el proyecto. Aunque en un principio resulta difícil entrar en el film, sin darse cuenta te ves completamente rodeado de su alma como si se tratara de una obra de teatro.

Una historia simple pero completa, en el que el realizador pretende que los espectadores reflexionen sobre la ruptura de la familia tradicional, el significado de padre y madre, de masculino y femenino, de la heterosexualidad y la homosexualidad... Pero, como se acaba de comentar, el peso recae más en escoger el metalenguaje para contar la historia y como se van alternando tres realidades en la misma película: la vida real, los actores que se preparan para actuar, y la actuación en sí. Todo esto ha sido posible, también, por un trabajo excepcional de los actores (Nausicaa Bonnin sigue demostrando que tiene un gran talento dentro y que, seguramente, aún no lo ha mostrado todo).

Una vez comentado rápidamente la película con los compañeros, y tomar un café, hemos vuelto a la sala secundaria del Kursaal para visionar el segundo film de la mañana. Era el turno de la première mundial de la ópera prima del francés Thomas Salvador, Vincent. La historia se centra en un chico que descubre que, cuando está en contacto con el agua, sus reflejos y su fuerza se incrementa mucho. Se enamora de una chica y, cuando intenta proteger a un amigo suyo, se mete en problemas y la policia lo persigue.

'Vincent', a pesar de ser una cinta de género superhéroes distinta y original, peca de tener un guion flojo y sin enganche 

Si en la sesión anterior las sensaciones habían estado muy satisfactorias, en este caso ha pasado justo lo contrario. Aunque la idea inicial estaba bien (chico vergonzoso y con poca confianza descubre que tiene unos poderes especiales y eso hace que gane autoestima), se podría haber desarrollado mucho mejor. Las sensaciones eran que no estaba pasando nada en la película y que, lo poco que sucedía, era muy previsible. Bastante indiferente me he quedado mirando la película, ni me ha provocado alegrías ni tristezas. Un guion flojo en el que parecía que, mientras algunos disfrutaban con la cinta, otros estaban viendo un relato que en el que tiempo iba pasando sin penas ni glorias. Está bien cambiar la idea tradicional de películas de superhéroes, e intentar hacer más verosímiles los poderes especiales, pero tampoco caer en una historia sin tensión ni gags que apenas hacen gracia. Posiblemente algunos habrán disfrutado con el cambio de registro del género de superhéroes, pero a mi no me ha convencido.

La tercera película del día, ya por la tarde, y la primera de la sección Horizontes Latinos ha sido Ciencias naturales, dirigida por el argentino Matías Lucchesi. El film narra el viaje de Lila, una niña quien, junto con su maestra de la escuela, viajará en busca de su padre, a quien nunca ha conocido. Una película que el director ha producido independientemente con poca subvención, pero consiguiendo un resultado bastante bueno.

La primera mitad cuesta un poco, tiene un ritmo lento y se tiene la sensación que la película no puede evolucionar mucho. Por otra parte, una vez empiezan a viajar, la atención aumenta y el interés del espectador también. Una cinta con una narración simple pero bastante efectiva, creando ternura y provocando la sonrisa de quien está mirando la película. Una de las cosas que destacan más es la actuación excepcional de la chica pequeña, quien, en todo momento, es el alma de la película y es capaz de sostenerla en gran parte de la película.

Buenos resultados los de 'Ciencias Naturales' y el biopic 'Pasolini', que aporta novedad al género

La última película de la jornada era, también, una de las propuestas más interesantes del festival. Estrenada hace pocas semanas en Venecia, la última película de Abel Ferrara, Pasolini, llegaba a Donostia. Aunque el último film del americano fue bastante malo, las expectativas por ver como se retrataba el biopic de uno de los genios más especiales del cine eran muy altas. El objetivo de la cinta, según su creador, es el de narrar las últimas horas de vida de Pasolini, e intentar mostrar su mundo; de la misma forma ha intentado recrear partes de la obra que estaba escribiendo el italiano, antes de morir, como herramienta para mostrar mejor el universo tan personal del creador de Mamma Roma.

La verdad es que el americano ha conseguido hacer este trabajo tan difícil bastante bien. En este tan poco convencional biopic se puede apreciar la fascinación de Pasolini para las clases populares, su visión del acto sexual como resistencia, su amor por la literatura... Por otra parte también ha ayudado que en la película haya participado Ninneto Davoli, actor fetiche del director italiano; o que se haya dramatizado una de las últimas entrevistas que se le hicieron en vida para que el espectador pudiera ver como pensaba Pasolini. Por otra parte, un gran conocimiento de la vida del autor facilita mucho la visualización del film, si no muchas cosas pueden escaparse del entendimiento del espectador. La única cosa que, quizás, faltaba, era que el espectador no acaba simpatizando con el protagonista; más bien es todo muy neutro.

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