El nuevo Celta del Toto Berizzo se estrenó en Liga con un guión casi perfecto. El equipo mostró las fortalezas de la pretemporada y consiguió los tres primeros puntos practicando un fútbol de posesión basado en la solidaridad y en el juego colectivo donde los hombres de ataque estuvieron especialmente hábiles para conseguir superar la maraña defensiva del Getafe. Orellana, Álex López y, sobre todo, Nolito fueron los protagonistas por parte del cuadro celeste, que empezó la temporada de la misma manera que terminó la anterior: demostrando el gusto por la pelota, el trabajo colectivo y el acierto de cara a portería.

En este último apartado destacaron las actuaciones individuales de los hombres de ataque celeste, que supieron encontrar el pase adecuado o el remate preciso ante una defensa del Getafe bien estructurada y que acumulaba muchos hombres en el interior. Cosmin Contra llegó a Vigo con la intención de frenar el ataque vigués y aprovechar sus hombres de banda para llegar a la portería de Sergio, un planteamiento que por momentos funcionó y que, tras el gol de Sammir, llegó a meter el miedo en Balaídos.

Borja en el once

El primer once de la temporada de Berizzo premió a aquellos jugadores que realizaron una buena pretemporada, de tal manera que Sergio, Jonny y Larrivey se ganaron la titularidad en detrimento de Rubén, Hugo Mallo y Charles. Pero la gran novedad estuvo en el centro del campo donde el joven Borja Fernández, que recientemente cumplió los diecinueve años, fue el elegido por el Toto para llevar el timón del equipo después de sus buenas actuaciones a lo largo de la pretemporada.

En lo táctico, el equipo presentó la misma imagen que en encuentros anteriores: buscaba el balón para poder escondérselo al rival y así defenderse a través de la posesión, sin miedo al pase horizontal y a alargar las jugadas. Pero también combinó esta dinámica de juego con latigazos de futbol rápido y dinámico gracias a las ayudas, los apoyos y los intercambios de posición de los jugadores celestes. Además, este planteamiento de juego se vio reforzado por otros dos rasgos característicos de este nuevo Celta: una presión en campo contrario para recuperar el balón rápidamente –si bien en este encuentro no fue tan asfixiante como en otros partidos- y la apuesta por el tiro lejano.

Krohn-Dehli intenta librarse del marcaje de Diego Castro. | (Foto: Salvador Sas | EFE).

Precisamente desde lejos llegaron las primeras ocasiones de un Celta que salió con la clara intención de hacerse con el balón. La buena disposición defensiva del Getafe impedía al equipo vigués adentrase en el área y el disparo desde la frontal se perfiló como la mejor opción para resolver la jugada. Álex López fue el primero en probar y a punto estuvo de conseguir el gol en la primera ocasión del partido, en el minuto tres, con un remate desde la frontal, ligeramente escorado a la izquierda y que se estrelló en el palo. En el rechace Larrivey estuvo muy cerca de marcar de cabeza, pero Guaita estuvo atento y con una gran estirada alejó el peligro.

Tras el primer susto del encuentro, Celta y Getafe buscaron generar peligro a través de sus hombres de banda. Orellana, Nolito, Lafita y Sarabia eran superiores a los laterales encargados de cubrirles y ambos equipos sufrían atrás en los primeros compases, especialmente el Celta, que vio cómo Sergio tuvo que parar un mano a mano a Álvaro después de que éste le ganara la espalda completamente a Fontàs. El Celta llegaba más veces al área rival pero el Getafe parecía hacerlo con mayor facilidad y peligro.

En esta dinámica apareció Nolito, el hombre más activo del Celta, para romper el partido a favor del cuadro celeste en el minuto veinte. Tras una gran carrera de Orellana por la derecha el chileno centró al área, Larrivey peinó el balón hacia el segundo palo y allí, muy escorado, recibió el balón el gaditano. Sin apenas ángulo, y aprovechando una mala salida de Guaita, metía el balón entre las piernas del guardameta y anotaba el primer gol de la temporada para el Celta para celebrar su reciente renovación con el equipo.

Control

Tras la euforia del primer tanto a punto estuvo de llegar el segundo cuatro minutos después. Guaita volvió a estar muy atento para atajar en esta ocasión un mano a mano a Larrivey. Después de este acercamiento, el Celta dejó de un lado la verticalidad más estricta y buscó dominar el partido con posesiones largas, escondiéndole el balón a un Getafe que aun así era capaz de llegar con peligro al área viguesa, aunque no lograba finalizar las jugadas.

El Celta escondió la pelota al Getafe tras anotar el primer gol.

La estrategia celeste surtió efecto y en los siguientes veinte minutos apenas hubo jugadas de peligro en las que tuvieran que actuar los guardametas. Nolito por el Celta y Sammir por el Getafe protagonizaron buenas internadas pero que no fueron finalizadas con la misma brillantez. Álex López fue el que tuvo la mejor ocasión en esta parte de encuentro, recibió un balón de Nolito en la frontal, libre de marcaje pero que lo resolvió con un remate muy inocente y centrado a la portería de Guaita.

Tras la reanudación el Celta redobló esfuerzos por intentar distanciarse en el marcador. Álex López volvió a estrellar un balón al palo, en esta ocasión en un mano a mano contra Guaita. Krohn-Dehli también quiso probar al guardameta getafense con un disparo lejano que acertó en despejar el cancerbero valenciano. Pero sería Orellana el que se encontaría con el gol.

Fruto de la buena presión del equipo, el chileno consiguió recuperar el balón en las cercanías del área getafense. Tras un par de fintas logró una posición de disparo idónea dentro del área y con la pierna izquierda remató el balón de forma potente y muy colocado a la escuadra inalcanzable para Guaita.

De la relajación al miedo

Con el segundo tanto y el dominio celeste parecía que el partido iba camino de estar medio resuelto. Balaídos era ya una fiesta y el equipo se vio vencedor del encuentro cuando todavía restaba media hora de choque, se relajó en exceso y lo pagó. Una nueva internada por banda derecha de Lafita, que desbordó a Jonny todo el encuentro, terminó en un centro al área al que Sammir llegó desde segunda línea y lo resolvió con un remate muy ajustado al palo inalcanzable para Sergio.

En apenas cuatro minutos Balaídos pasó de la celebración de los tres primeros puntos a temerse lo peor. El Celta había dominado los sesenta primeros minutos y después del tanto del Getafe todavía mandaba en el marcador, pero la facilidad con la que los extremos del equipo madrileño conseguían llegar hasta la línea de fondo hacían presagiar unos minutos de sufrimiento en donde los de Contra ahogarían al conjunto local.

El entrenador hispano-rumano agotó los cambios y dio entrada al campo a Míchel e Hinestroza por Sarabia y Juan Rodríguez. Previamente, en el descanso, tuvo que hacer un cambio obligado por la lesión de Alexis al final de la primera parte e introdujo a Vigaray. Al minuto de la doble sustitución Lafita no se atrevió a disparar de primeras un centro del recién incorporado Hinestroza y perdió el balón ante Cabral al intentar conducirlo. El Getafe avisaba. El empate estaba cerca.

Larrivey trae la calma

Dado el vuelco que empezaba a vivir el choque Berizzo intentó remediarlo con su primer cambio, dio entrada a Augusto Fernández y quitó a Álex López. Fue en estos momentos de máxima tensión para tensos del partido para el cuadro celeste volvió a aparecer la calidad de los hombres de ataque.

Nuevamente Nolito, algo más ensombrecido en el inicio de la segunda parte, hizo su aparición para dar un magistral pase a Larrivey que desbarató a toda la defensa getafense y dejó al delantero argentino solo ante Guaita. El goleador celeste tuvo la suficiente frialdad para ajustar lo máximo posible el balón a la base del poste y conseguía el definitivo tres a uno para un Celta que estaba empezando a sufrir.

Tras la rápida respuesta celeste al gol de Sammir el Getafe recibió un duro golpe del que apenas supo recuperarse. El Celta aprendió de su error anterior y, aunque bajó el ritmo del choque, no se dejó llevar. El partido se diluyó en un cruce de robos y recuperaciones en la zona tranquila del campo y apenas se volvió a ver jugadas de peligro. Un remate muy alto de desde el punto de penalti y un cabezazo de Lafita muy desviado fueron las últimas ocasiones de un choque que el Getafe ya había dado por perdido y que el Celta aprovechó para dormirlo y dar entrada en los minutos finales a Radoja y Charles.

Con el pitido final se certificó la primera victoria del Celta de Berizzo, que resolvió de manera efectiva y con un juego convincente pero que estuvo cerca de complicarse por culpa de un exceso de relajación. Su próxima cita será el sábado 30 contra el Córdoba, en el estreno del Nuevo Arcángel como campo de Primera División.