Real Madrid contra FC Barcelona. Cristiano Ronaldo, Leo Messi, Toni Kroos, Andrés Iniesta, Isco, James, Benzema, Neymar, Luis Suárez o Rakitic. El partido de las estrellas que se jugaba hace unos años ahora es un clásico. Jamás el panorama futbolístico mundial había recogido semejante nivel de estrellas en un mismo césped.

Luis Enrique, que debuta en un Madrid - Barça como entrenador, y Carlo Ancelotti, que no consiguió ganar en ninguno de los dos enfrentamientos directos ante los culés en Liga (ganó la Copa), se debaten entre lo que quieren y lo que finalmente será.

Por parte blanca, la preocupación está disfrazada. Las goleadas madridistas con un Cristiano Ronaldo imparable han dejado de lado la carencia defensiva de su centro del campo tras el repentino adiós de Xabi Alonso dirección Múnich.

Los azulgranas, por su parte, tiemblan en defensa pese a no encajar gol alguno mientras que la entrada de Xavi le da un plus de posesión y control, algo vital para los intereses visitantes si quieren sumar de tres en tres.

Paciencia y balón

La idea del Barça es clara. Paciencia y balón. Balón y paciencia. No se entendería ninguno de los anteriores éxitos y triunfos culés sin esos dos ingredientes y en el Santiago Bernabéu tendrán que llevar al límite esa fórmula. Los contragolpes blancos obligan a ser cautos en el pase de riesgo y para ello el Barcelona poblará el centro del campo con Xavi en lugar de Pedro, lo que obligará a dejar a Suárez en el banco de inicio y jugar con Iniesta algo más adelantado y escorado en una banda.

Sin embargo, los azulgranas saben que en el Bernabéu, la paciencia trae sus recompensas y, sin ir más lejos, en el último clásico liguero el primer gol vino sucedido de 24 pases y un minuto moviendo el balón de un lado a otro buscando superioridades hasta que Messi se inventó el pase a Iniesta.

Cristiano, el omnipresente

Que Cristiano Ronaldo es uno de los jugadores más en forma del fútbol es una obviedad, lo mismo que reconocer que su evolución este año ha ido más allá de los registros goleadores o de su influencia de los resultados. El portugués, tras ganar la Décima, se ha echado el equipo a la espalda y ahora aparece por cualquier zona atacante del Real Madrid.

Tras estar siempre enganchado a la banda izquierda y partir desde ahí con libertad de movimientos, ahora se le ve solo esporádicamente en esa zona ya que comienza jugando desde un lugar más centrado. En los partido más importantes que ha disputado el equipo blanco hasta el momento, se comprueba como Cristiano no reside en el carril zurdo, si no que ahora ocupa todo el frente del ataque blanco.

La espalda de Kroos, la perdición blanca

El Real Madrid golea sin piedad. Pero que los resultados no impidan ver las lagunas. El notable partido en Anfield dejó sensaciones brillantes y algunas dudas que pueden ser preocupantes vista la forma de jugar del Barcelona y el estilo de juego de Leo Messi, que le gusta incrustarse entre los centrales y el centro del campo.

Si Messi es capaz de recibir entre líneas, el Madrid tendrá mucho que perder. El argentino, en racha goleadora y como asistente, se encuentra cómodo recibiendo en 3/4 de zona atacante y con tiempo para girarse y jugar. Esa tarea, con Kroos de mediocentro posicional, no sería misión imposible ya que al alemán le cuesta demasiado girarse y hacer dicha presión, más aún contra uno de los mejores del mundo en esa faceta.

Una de las soluciones que baraja Ancelotti sería el reforzar el centro del campo con Khedira o Illarra en detrimento de Isco que, pese a brillar con luz propia en Liverpool, sigue siendo el eslavón más débil.

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