El Valencia sigue creciendo. Despacio pero con pasos certeros. Dos victorias y un empate en un arranque liguero para soñar. Los de Nuno confirmaron las sensaciones antes del parón internacional. Sin embargo queda en la mente de muchos la misma duda o ilusión. El equipo tiene margen de mejora. Y vence, pero aún no convence. Aun así son siete los puntos obtenidos tras nueve disputados

Los blanquinegros necesitaban decirle a su afición que es verdad. Que su ilusión no es falsa. Tiene fundamento. Y con magos de la talla de Alcácer, Rodrigo o André Gomes, la vida puede ser maravillosa en Mestalla. Cierto es que Sergio Gónzalez leyó perfectamente el fútbol local. Sin embargo Rodrigo definió el trazo y Piatti lo hizo real pronto. Muy pronto. 1-0.

Durante algunos minutos vimos el esbozo de la magia armónica que puede desprende André. Sus mejores minutos. Rodrigo también brilló con luz propia. Incluso Piatti, ya no en ataque, sino por sus contínuas ayudas defensivas al lateral participó en la actuación local.

Los ches no dominaron el encuentro, ni la situación. Tan solo el marcador. Y el Espanyol quiso, pero no supo cómo lograrlo. Y es que la sensación de peligro eran más por miedo a un error propio. De hecho Alves no tuvo excesivo trabajo. La alarma sonó tras el descanso. Gol mal anulado a Sergio García. Un supuesto escenario que hubiera dificultado la empresa blanquinegra.

El gol anulado despertó al arte

Mestalla quiere. El equipo también. Sin un Parejo excelso, el equipo no carburó en la medular. Pero hay magia arriba. Mucha magia. Rodrigo interpretó la obra magníficamente. Arbilla ni se enteró. Solo le faltó la guinda el gol. Un tanto que sí anotó un Daniel Parejo errático. Pero que supo sumar en forma de gol. Una suave caricia a la red desde el balcón del área supuso el segundo.

La sentencia. La tranquilidad. Y Paco Alcácer no faltó a su cita. Él siempre quiere ser protagonista en el césped. Si no acude al primer palo, persiste. Fue el más listo de la clase y se adelantó a la zaga para batir a Casilla. Ya Sergio García en el descuento marcó de penalti dudoso – no por la falta, existe, sino porque se comete fuera del área – para maquilla el resultado. El arte está en Mestalla. Las musas han vuelto a Valencia.