El partido de hoy arrancó como una luz de esperanza para la Roma. Ante ellos, llegaba el omnipotente Bayern de Múnich, el equipo ideal para que los locales, ante su gente y con todo el calor de su público, diera un salto de calidad en la competición continental y ratificara su buen momento futbolístico en liga. Sin embargo, como si de una pesadilla demasiado vívida para ser soportada se tratara, los bávaros elevaron su nivel hasta el punto sublime de la perfección y terminaron humillando a la Roma con un 1-7 que fulminó las tribunas del Olímpico y le dio una cátedra de fútbol total al equipo de Rudy García. Los errores defensivos y en el mediocampo fueron suicidas para los italianos, en un encuentro donde los alemanes brillaron con luz propia e hicieron recordar el 1-7 que la Mannschaft le recetó a Brasil en el Mineirao.

La perfección en el arte del fútbol

Como algo típico de Guardiola, el Bayern rompió su posicionamiento natural en la cancha y optó por su nueva faceta posicional del 3-4-3 para enfrentar a la Roma. Benatia flotaba por derecha y Alaba por izquierda con Boateng al centro. Con esto, Lahm subía a la par de Alonso y Bernat y Robben se abrían a las bandas, para que Götze, Müller y Lewandowski formaran el tridente ofensivo. La Roma, por su parte, confiaba en Nainggolan y De Rossi para romper la conexión en zona central de los teutones, con Gervinho e Iturbe como autopistas por las bandas para que Totti firmara las acciones en ataque.

El Bayern rompió su posicionamiento natural en la cancha y optó por su nueva faceta posicional del 3-4-3

Con el contexto posicional de ambos equipos, fue la Roma la que salió a buscar algo desde el primer momento, pero Benatia, al 3', cortaba a tiempo la acción de Iturbe. Luego, al 7', Robben rompía por primera vez en el partido a Torosidis y sacaba un disparo que rebotaba en De Rossi. Esta jugada sería la antesala para que, al 8', un cambio de horientación comandado por Xabi Alonso, dejara a Robben y Lahm por derecha. El capitán bávaro tocaba entre líneas para el holandés, quien enfilaba en su típica diagonal, rompía la resistencia de Ashley Cole y firmaba un golazo de zurda con una comba mortal que firmaba la apertura en el marcador.

Con el gol, todo el ímpetu romano se vino al suelo y, desde ahí, comenzó a sonar la tonada perfecta de la orquesta bávara. No obstante, Gervinho tendría al 9' la oportunidad de igualar las acciones, pero Neuer, majestuoso bajo los tres palos, tapaba el disparo del atacante romano. Luego, se venían dos disparo de Lewandowski que De Sanctis frenaba. Pero, al 22', cuando el Bayern ya dominaba las acciones y no le prestaba la pelota a los romanos, un balón filtrado de Alonso para Götze, le permitía al mediapunta alemán tocar para Müller quien, en un gesto técnico de primer nivel, cedía de taco para Götze quien definía de derecha y a ras de piso al segundo palo de De Sanctis. Era el 2-0 y el Bayern comenzaba a tocar un fino réquiem ante una Roma hipnotizada por la Orquesta Guardiolista.

Era el 2-0 y el Bayern comenzaba a tocar un fino réquiem ante una Roma hipnotizada por la Orquesta Guardiolista

Sin darle tiempo a reaccionar a los romanos, el Bayern siguió adelantando líneas y asfixiando a Nainggolan, Pjanic y De Rossi en sus timoratos intentos por salir tocando el balón. Así, al 24', Alonso recuperaba el balón en zona media, amagaba con un disparo de larga distancia y decidía a tocar hacia la izquierda para la trepada de Bernat por izquierda. El lateral ibérico le ganaba la banda a Torosidis y mandaba un centro fino y colocado para la cabeza de Lewandowski quien, en acrobática postura, anticipaba a Manolas y firmaba de cabeza el 3-0 lapidario en el Olímpico de Roma. El Bayern era superior. Así de simple. Sin apelativo alguno. El Bayern era el equipo perfecto frente a una Roma asustada ante tanto derroche de calidad.

El golpe anímico fue mortal y la Roma comenzó a lucir deslucida, herida y asustada. Nainggolan lanzaba patadas en zona media pero, ni aún así, podía cortar la fluidez rítmica de Alonso y Lahm en el centro del campo. Bernat y Robben se comían a Torosidis y Cole, mientras que Götze y Müller le daban a Lewandowski la movildidad necesaria para seguir tocando la puerta de De Sanctis. Es así como, tras dos intentos de Götze, al 29, Arjen Robben firmaría el 0-4 y la pesadilla comenzaba a volverse realidad. Un balón profundo de Müller encontró al holandés en diagonal quien volvió a tomarse de víctima a Ashley Cole, le rompía la cintura y dispara de zurda ante un De Sanctis que tapó el disparo, pero terminó por hundirlo en el fondo de la red.

El Bayern bailaba el vals de la perfección, un danza sublime que lo transportaba al cielo y lo regresaba a la tierra en un plan divino

Apenas cinco minutos después, Alaba se transformó de nuevo en lateral por la izquierda y trepaba por la banda. Su centro, sin embargo, sería cortado por la mano de Manolas y el árbitro, sin dudarlo, sancionaría penal, que Thomas Müller convertiría al 35', para decretar el 0-5 parcial. La noche mágica de Roma se parecía a la terrible tarde de Brasil en el Mineirao. Por segunda vez en este año, un combinado alemán daba una cátedra de goles y fútbol con ideas innovadores, derroche de posesión, verticalización de la idea de ataque y contención del rival desde prácticamente su propio terreno. El Bayern bailaba el vals de la perfección, un danza sublime que lo transportaba al cielo y lo regresaba a la tierra en un plan divino como nunca antes se había visto en la época de Guardiola.

Con el resultado parcial convertido en goleada, apenas un disparo lejano de Gervinho a manos de Neuer fue todo lo que la Roma pudo reaccionar. Pero, como si de intimidar todavía más se trataba, el Bayern encontraba en los pies de Götze y Alonso dos oportunidades que pudieron aumentar el marcador y darle muchos más matices de histórico de lo que ya tenía. El árbitro mandaba al descanso con apenas un minuto de agregado y toda Roma esperaba que, como en el Mineirao, la maquinaria teutona disminuyera la intensidad en el complemento, para evitar un resultado escandaloso en su propio feudo.

Dosificación bávara y las luces de esperanzas en el Olímpico

Para el segundo tiempo, Rudy García hacía dos movimientos claves: Florenzi remplazaba a un desconocido Totti, quien dejó en dudas el alcance físico de su rendimiento ante un rival de altos niveles, y Cholevas llegaba por un Cole que viajará al psicológo para superar su trauma con los tulipanes. Ambos cambios, sumados a una aparente relajación del Bayern, permitieron que la Roma dejara su plan de víctima y lograra pasar de mediacancha para llevar cierto peligro a puerta de Neuer.

Ambos cambios, sumados a una aparente relajación del Bayern, permitieron que la Roma dejara su plan de víctima y lograra pasar de mediacancha

Ya al 48'. Nainggolan probaba desde fuera de área y, al 53', una trepada de Gervinho dejaría sin opciones a Boateng, pero su remate chocaba en el poste izquierdo de Neuer. Florenzi, en la misma acción, recuperaba el rebote pero su intento salía suave a manos del guardameta alemán. La Roma seguía intentándolo aunque más en base a cierta displiscencia germana en la marca que a una virtud propia del equipo. Es así como, al 60', un centro de De Rossi encontraba a Gervinho en segundo poste, pero su disparo era contenido por Neuer en un primer momento y rechazado por Benatia después.

Ambas opciones serían la antesala para que, al 65', un robo de balón de Nainggolan, de los mejores jugadores de la Roma, le permitiera abrir hacia la izquierda para Florenzi quien desbordaba a Rafinha y centraba para que Gervinho conectara de cabeza hacia el fondo de la red y rompiera la imbatibilidad europea de Neuer. Era el 1-5 y un gol que sabía más a maquillaje que a una verdadera reacción.

Sin embargo, para evitar cualqueir susto, Guardiola movía el banquillo y daba paso a un efusivo Ribéry, quien llegó para inyectar entusiasmo en el equipo visitante. Con el francés en la cancha, comenzaron a volver las emociones en desborde y el Bayern recuperó oxígeno competitivo, ante una Roma a quien las fuerzas ya no le daban más y comenzaba a perder el poco brillo que había logrado recuperar. Bajo este contexto, al 77', un pase milimétrico de Robben a las espaldas de los centrales, encontraba a Frank Ribéry trepando hacia el centro y colgando el balón por encima de la salida de De Sanctis para firmar el 1-6 y el golpe final para la Roma.

Con el 1-6 en el tablero, la Roma bajó los brazos y se entregó a totalidad a la voluntad bávara, quienes, en un arrebato de voracidad poco conocido en los equipos de Guardiola, fue tras el séptimo y lo consiguió. Fue en una jugada al 79', cuando Alonso gana un balón en zona media y cede para Rafinha sobre el borde del área. El brasileño, animándose a romper el esquema, sacaba un derechazo seco a ras de piso que se le escapaba a De Sanctis hacia punto penal, algo que Shaqiri aprovecharía para romperle la cintura al guardameta y definir por encima del intento de cierre de Cholevas y Manolas en la línea de gol.

El 1-7 era sólido, duro y lapidario

El 1-7 era sólido, duro y lapidario. La Roma se escondió en su defensa y se desdibujó completamente. Gervinho gritaba sobre el costado derecho esperando balones que no llegaban, porque Alonso y Lahm seguían inmensos en la zona media. Shaqiri, Ribéry y Robben se daban un festín moviendo a la defensa local de un lado a otro, sin que se dieran luces de reacción alguna. Los minutos avanzaban y Shaqiri y Robben probaban a De Sanctis, quien se vestía de divino e impedía que las anotaciones pudieran llegar hasta las décenas en el marcador. Un remate al poste de Ribéry al 87' y otro del francés rebotado en la defensa al 91' fueron las últimas chances de un Bayern que quiso más pero ya no pudo conseguirlo.

Guardiola conquistó Roma sin resistencia alguna de los locales. // (Foto de es.uefa.com)

Con este resultado, el Bayern pasa a comandar el Grupo E, considerado el "Grupo de la Muerte", con 9 unidades, por encima de los cuatro puntos de la Roma, los dos del Manchester City y el punto del CSKA Moscú. De igual forma, los bávaros despejan dudas luego de que su dos victorias anteriores en el torneo continental fuera de apenas 1-0 con goles in extremis o de penal. El Bayern dio un golpe de autoridad en todos los sentidos. Su fútbol, su manera de moverse en el campo y todos los elementos que mostró este día lo vuelven a ratificar como serio candidato al título y dejan a la Roma con la necesidad de reinventarse psicológicamente, antes de devolver la visita al Allianz Arena en pocas semanas.

Roma (1) Bayern de Múnich (7)
De Sanctis 5 Neuer 7
Torosidis 3 Benatia 8
Yanea-Mbiwa 3 Boateng 7
Manolas 3 Alaba 7
Cole 3 Lahm 8
De Rossi 4 Alonso 8
Nainggolan 6 Bernat 7
Pjanic 4 Robben 9
Iturbe 4 Götze 8
Totti 3 Müller 7
Gervinho 7 Lewandowski 7
Remplaçants
Florenzi 5 Rafinha 6
Cholevas 5 Ribéry 7
Ljacic 5 Shaquiri 7