El Liverpool regresó con victoria a la Champions League con un partido pobre en juego y en el que posiblemente no mereció sacar los tres puntos. Enfrente, se topó con un valiente y ordenado Ludogorets que dispuso de varias ocasiones para marcar, y que llegó a igualar el tanto de Balotelli con un gol de Dani Abalo en el minuto 90. Un error de Borjan, que cometió un inocente penalti sobre Manquillo, desequilibró la balanza a favor de los reds, que ganaron gracias a su capitán, Gerrard.

Vuelve la Champions a Anfield

Tras el silbido inicial, el Liverpool salió con ímpetu, con garra, pero sin especial lucidez. Lo intentó con presión alta en los primeros minutos, dificultando la salida de balón desde atrás de un Ludogorets que no tenía prisa por salir de su terreno y sí mucha prudencia de no perder balones en situaciones comprometidas. Ante la duda, despeje rápido.

El planteamiento de los búlgaros era claro: mantenerse en bloque, agrupados atrás, cerrando espacios por dentro. La respuesta del Liverpool fue coger el balón y tratar de moverlo de un costado a otro, de lateral a lateral, tratando de generar espacios en las transiciones horizontales. Moreno, con varios centros, fue de los más activos en el primer tiempo. El 'ex' del Sevilla actuó llegando a posiciones casi de extremo izquierdo, desde donde colgaba balones al área.

Al cuarto de hora, habían sido tres ya los intentos del español por su carril. El Ludogorets apenas había tenido respuesta más allá de un pase al espacio de Caiçara que tuvo intención, pero no acierto, pues nadie llegó a pelearlo. Vura, a los 20 minutos, lo probó con un remate que forzó el primer córner para los suyos. Curiosamente, en un saque de esquina en contra radicó la primera gran acción de peligro del Liverpool, que se encontró con espacios con los que salir al contragolpe. Las piernas de Sterling acompañaron el balón al área rival, pero su jugada terminó en un tiro sin suerte.

Posesión estéril del Liverpool

Los minutos pasaban y poco cambiaba. Los reds trataban de robar en campo rival, pero pese a un par de errores en la salida desde atrás de los búlgaros, no consiguieron dar ese último pase que marca la diferencia. Dominio para cansar el rival, más que para aprovecharlo uno mismo. Dominaba el Liverpool, pero no tenía acierto en la zona de ataque rival. El Ludogorets, mientras, se fue animando con algunas jugadas aisladas que generaron algún susto en la grada.

En una de ellas, al borde de la media hora de juego Marcelinho pidió penalti por contacto con Lovren dentro del área, pero pareció insuficiente para que el colegiado señalara nada. Dos minutos más tarde, una falta colgada al área de los locales la tuvo que despejar providencialmente Lovren, pues cerca se encontraba Moti con la caña a punto.

Los minutos finales del primer tiempo fueron un intento tras otro del Liverpool. Primero fue Balotelli, quien tras merodear la frontal del área de un costado a otro, se sacó un disparo raso algo forzado que no generó peligro alguno para el guardameta rival. El italiano no encontraba su espacio, una zona cómoda donde poder generar peligro, así que optó por retrasar su posición unos metros y ayudar en la circulación del balón, permitiendo que fuesen compañeros como Lallana quien tuvieran las ocasiones. Precisamente, el inglés pudo lograr el primer tanto en el minuto 38, pues le cayó un balón franco en el punto de penalti, pero en el intento de acomodarlo, terminó desaprovechando una inmejorable ocasión.

Segundo tiempo con alternativas

En la segunda mitad, el partido dio un vuelco hacia el espectáculo. El Liverpool especuló menos y llegó más, y el Ludogorets, que siguió aguantando con endereza las embestidas locales, estuvo cerca de lograr algo más que un meritorio empate. Coutinho y Henderson fueron los primeros en avisar tras la reanudación. Manquillo, a pase de Henderson, fue el tercer intento de los reds, pero su disparo, incomodado por un defensa, se fue alto.

Ambos conjuntos se encontraron más espacios en un segundo tiempo que alternó intentos de ambos, aunque siendo los locales quienes más insistieron. En una de las llegadas de los búlgaros, Bezjak, tras un saque de banda, pilló desprevenida la zaga local y su disparo rozó la madera, saliendo desviado por poco. Aviso serio para un Liverpool que no daba con la tecla.

Lo intentaba de todas las maneras el Liverpool, con llegadas de los laterales, centros al área en busca de cabeceadores o disparos altos lejanos. Todos ellos sin encontrar la fortuna del gol. Se empezaba a desesperar Anfield y Brendan Rodgers tuvo que actuar. Dio entrada a Borini y Lucas por Coutinho y Lallana, dos creativos que no anduvieron finos a la hora de filtrar pases de gol.

La locura se apodera de Anfield

Pasaban los minutos y no llegaba el gol local. El Ludogorets, a todo ello, aprovechó el nerviosismo local para asestar un susto que enmudeció el feudo red. Bezjak, una vez más él, aprovechó un pase con túnel incluido a Sakho para mandar un disparo cruzado al poste, en la que fue la ocasión más clara de los búlgaros hasta el momento. Era el minuto 71.

La respuesta del Liverpool llegó con un testarazo de Henderson tras centro de Moreno que se perdió desviado por poco. El encuentro iba ganando en emoción por momentos, aunque el gol no llegaba. La ansiedad local parecía jugar a favor del Ludogorets, que se iba encontrando con ciertas facilidades a la contra, y la posibilidad de hacerle daño a un nervioso Liverpool.

Entonces, apareció el desaparecido. Balotelli recibió un centro desde la izquierda y, tras zafarse con algo de fortuna de dos defensas, no desaprovechó la ocasión y remató con la diestra un balón que quedó suelto en el pico derecho del área pequeña de los búlgaros. Estalló en júbilo Anfield, que ya empezaba a temer el empate, aunque no sería aquella la única emoción que les depararía el partido.

Marcelinho avisó con una falta que salió muy alta, pero nada comparado con el tanto del empate, en el minuto 90, del español Dani Abalo, quien, aprovechando un pase al espacio de Hamza, se deshizo de Lovren y de Mignolet, para terminar definiendo en gol. Ambos habían entrado en el segundo tiempo. No daba crédito la hinchada local, que veía como sus sueños se desvanecían en cuestión de pocos minutos.

Un error que costó muy caro

El tanto de Abalo sentó como un jarro frío a los jugadores y aficionados locales, pero esa sensación de parálisis apenas duró unos segundos. Tantos como tardaron los propios jugadores reds en volver a acercarse al área rival. La fe, la inquebrantable fe de Anfield, se acercó a los suyos en forma de fortuna. Un envío en largo, a priori sin peligro, lo aprovechó Manquillo para forzar un penalti innecesario.

El lateral diestro se había quedado sin ángulo, pero el arquero Borjan llegó tarde y mal, para terminar arollando al ex atlético, dando una oportunidad de oro para que los locales pudieran gozar de otra oportunidad para llevarse los tres puntos. En esa delicada situación, con 1-1 en el luminoso y el minuto 92 de juego, el capitán Gerrard cogió la responsabilidad, y no perdonó, definiendo raso, potente y ajustado, a la izquierda del guardameta, que se lanzó al lado opuesto. Tal vez muchos hubiesen preferido a Moti bajo palos. Salvó el Liverpool las papeletas, aunque tuvo que sufrir de lo bueno ante un rival que dio la cara en todo momento.

Puntuaciones VAVEL UEFA Champions League

Liverpool (2) Ludogorets (1)
Mignolet 5 Borjan 4
Manquillo 7 A. Aleksandrov 6
Lovren 7 Minev 7
Sakho 5 Moti 7
Moreno 8 Júnior Caiçara 7
Gerrard (p.) 6 Abel 6
Henderson 7 Dyakov (85') 6
Coutinho (67') 6 Marcelinho 6
Sterling 7 M. Aleksandrov 5
Lallana (67') 5 Bezjak (86') 7
Balotelli 6 Misidjan (73') 6
Suplentes
Borini (67') 6 Dani Abalo (73') 7
Lucas (67') 5 Espinho (85') -
Hamza (86') 7