Después de que los Pericos vieron cortada la ilusión de coronarse en el quinto juego en su propio estadio, y de permitir ocho carreras en la novena entrada, parecía que los Toros de Tijuana podrían regresar en la Serie del Rey. El estado anímico del equipo fronterizo estaba en lo más alto. La posibilidad del título estaba presente en ellos.

Para los poblanos, era necesario olvidar el trago amargo del lunes, y confiar en su lanzador Travis Blackley en realizar una excelente labor, y no decepcionó. El pitcher australiano maniató en solo dos hits a la ofensiva de Tijuana. Al final, fue declarado el más valioso de la serie. 

Un juego que tuvo a los aficionados al filo de la butaca. Las caras de angustia de los aficionados en el Gasmart eran notables. El pitcheo fue hermético por parte de ambos lanzadores. El error y el acierto eran inminentes

Hasta la sexta entrada, la pizarra tuvo movimiento. Daric Barton encontró el lanzamiento de Barry Enright, para depositar la esférica del otro lado de la barda. Un batazo con autoridad que viajó por todo el jardín central. La confianza regresó a los Pericos, y la presión se fue hacia los Toros. Había que responder cuanto antes, haciendo que el sexto juego se volviera dramático.

Era imposible tener una sola carrera como la diferencia en esta Serie del Rey. La voltereta en la pizarra podría presentarse en cualquier momento. El juego seis podía inclinarse para cualquier lado. 

Sin embargo, en la novena entrada, Pericos selló el triunfo con doblete de Sergio Pérez, y posteriormente con imparable de Nyjer Morgan, se fabricó la segunda carrera en el juego, todo indicaba que el título se inclinaba para los poblanos. 

En el cierre, se presentaba Chad Gaudin para lograr los últimos outs, el recuerdo del lunes estaba presente, sus compañeros confiaban que era una oportunidad de revancha deportiva, y que lograría el trabajo, y así fue, el norteamericano contuvo la presión del recuerdo, y consiguió sacar la entrada. La felicidad de los peloteros emplumados se reflejó en el diamante. El título de campeones se consumaba. Se logró el objetivo. 

Después de dos series finales, donde Puebla cayó ante los Saraperos de Saltillo en el 2010, y en el 2014 con Diablos Rojos del México, este 2016 es el año de la Angelópolis. La tercera es la vencida

La directiva bajo el mando del Lic. Gerardo Benavides estaba obligada a sacarse la espina del año anterior. Las contrataciones de Miguel Tejada, Armando Galarraga, no dieron frutos en esa temporada. Los problemas de mantenimiento en el estadio Hermanos Serdán, además de las pocas entradas por la remodelación del estadio Cuauhtémoc, hacían imposible lograr el sueño. Hasta hubo la posibilidad de migrar a otra plaza. Fue un 2015 muy complicado. 

El pasado viernes, los Pericos de Puebla desfilaron en la ciudad como parte de los festejos de la Independencia de México, compartieron con los aficionados el título conseguido. Presentar en el Zócalo de la ciudad la Copa Zaachila fue el momento cumbre.

El Lic. Benavides fue claro en su discurso: buscará la continuidad. Es decir, el bicampeonato es la meta para el 2017. ¿Se conseguirá? Altas posibilidad de que así sea, si se mantiene la base de peloteros que lograron el título. 

Termina otra temporada en la Liga Mexicana de Verano. Los aficionados tendrán que esperar hasta el mes de abril para escuchar nuevamente la voz de ¡Playball!