Visiblemente emocionado pero con su decisión final muy clara, Iván Alonso anunció la noticia que jamás le hubiese gustado dar. “Tengo decidido no continuar más en el fútbol”, exclamó el delantero del Toluca, el equipo donde ha militado en la última temporada. Su renuncia viene precedida por el cateterismo al que tuvo que someterse el miércoles, minutos después de sufrir un desvanecimiento mientras completaba una prueba de esfuerzo en la playa de Acapulco.

“Es una decisión personal y más aún familiar”, prosiguió. “Me lo han pedido mi mujer y mi mamá de rodillas”, detalló para evidenciar la preocupación que en su seno más personal existe acerca del estado del exfutbolista del Espanyol, Murcia y Alavés. Pese a que el jefe de los servicios médicos del Toluca calificase de “muy alta la probabilidad de que pueda jugar sin problemas”, Iván Alonso ha preferido no esperar a la segunda prueba que se le realizará el martes para compararla con el cateterismo. “Da igual el parte médico que se de”, afirmó contundente el jugador.

Alonso conoce a la perfección los riesgos que entraña en el fútbol cualquier anomalía cardíaca. “A mí se me murió un compañero en mis brazos por problemas cardíacos”, dijo rememorando el fallecimiento de Dani Jarque, capitán del Espanyol cuando Iván Alonso vestía sus colores en 2009. En este caso, la altitud a la que disputaba sus partidos de local el Toluca, 2680 metros sobre el nivel del mar, le provocaban “dificultades para respirar”, lo que ha acelerado sobremanera su prematura decisión de colgar la botas.

Iván Alonso es natural de Montevideo, la capital de Uruguay, aunque desarrollo la práctica totalidad de su carrera en España. En el año 2000, dos después de debutar en la Primera División Mexicana con el River, el Alavés le abrió las puertas de Europa. Con el club albiazul compartió cuatro años que le regalaron un subcampeonato de la UEFA y un descenso a Segunda. En 2004, tras expirar su contrato con el plantel de Mendizorroza y coincidiendo con el desembarco de Piterman en el club, el Murcia le contrató como uno de los estandartes para retornar a Primera.

En La Condomina permaneció un lustro en el que fue partícipe de un ascenso a Primero y el retorno a la categoría de plata una compaña después. En 2009, y con una deuda económica importante del club con él, abandonó el equipo con 48 goles, el quinto mejor registro en la historia pimentonera, para recalar en el Espanyol. Tras dos campañas en el conjunto catalán, Alonso puso fin a su estancia en España y regresó a Sudamérica, concretamente a las filas del Toluca mexicano, donde consiguió hacerse con el pichichi en los Torneos Apertura de 2011 y Clausura de 2012-este último compartido-, con 11 y 14 goles respectivamente. Ahora le toca perseguir otros objetivos. “El fútbol ya no me importa. Hasta hace poco era mi vida y le he dado todo”, finaliza con tristeza el delantero.