Agustín Herrera: un sinaloense que brilla en Guatemala

El Estadio Nacional Mateo Flores era un hervidero. Las miles de almas que colmaban el coloso guatemalteco gritaban a unísono el nombre de aquel mexicano portador del dorsal #11.

Agustín Herrera: un sinaloense que brilla en Guatemala
(Foto: HoyDeportes.com)
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Por Alan Núñez

Surgido de las Fuerzas Básicas del Santos Laguna, debutó en la Primera División en el Clausura 2006 bajo las órdenes de Benjamín Galindo. Más de un año después Tin anotó su primer gol, entrando de cambio por Oribe Peralta, y salvó al equipo de la Comarca con el 2-0 sobre Cruz Azul.

A pesar de que recibió la medalla que lo acreditaba como campeón de la Liga en el Clausura 2008, únicamente disputó un encuentro. La suerte le comenzó a mostrar la espalda; una fractura lo dejó fuera de las canchas por varios meses y así iniciaría su declive en el máximo circuito.

Mérida fue su primera ciudad del Ascenso; siguió Nezahualcóyotl con Atlante UTN y luego Veracruz; también militó en las filas de Dorados y en el 2013, tras un torneo sin equipo, pasó a defender la playera de Altamira, sin mucha suerte.

El recien ascendido Coatepeque de Guatemala, un desconocido en el mapa futbolístico, se interesó en las capacidades de un jugador que parecía haber quedado a deber consigo mismo. Lo que parecería el mayor retroceso de Tin se convirtió en su plenitud.

La adaptación del nacido en Los Mochis no fue la ideal. Las jornadas transcurrían y su equipo luchaba para mantenerse en la mejor categoría del fútbol chapín. La técnica y determinación que prometían dividendos en Santos Laguna antes de la impertinente lesión hace años afloraron en el momento perfecto; Herrera colocó un tiro libre dentro de las redes en los últimos minutos del partido salvando a la institución que le devolvió la alegría por jugar con la número 5.

Lo que parecería el mayor retroceso de Tin se convirtió en su plenitud

La épica jugada no pasó desapercibida por los visores guatemaltecos; el equipo más ganador de la Liga Nacional sacó la chequera para fichar al ariete sinaloense.

Con 28 títulos de Liga, ocho de Copa, y diez de Supercopa; y 3 títulos internacionales: 2 torneos centroamericanos y una Concachampions, es como el Comunicaciones Fútbol Club demostró su pedigrí para convencer a Herrera.

El objetivo de los cremas para el segundo semestre del 2014 era claro: conseguir la 29va estrella y la quinta consecutiva. Para ello llegaba aquel desconocido mexicano.

Con el liderato del torneo regular en la bolsa, el técnico Willy Olvera quería lograr el título a toda costa. El eterno rival, Municipal, esperaba del otro lado del empastado. Un 1-1 resultó la final de ida. La presión para la vuelta era de locura, aunque no para Agustín Enrique.

Apenas corrían los primeros minutos de juego y el #11 crema depositaba la pelota en el arco rival. En la parte complementaria el sinaloense hizo caer el marco del Municipal nuevamente.

Un doblete que representó más que la 29va estrella y el pentacampenato crema; un doblete que demuestra que los sueños no sólo se cumplen en tierra nacional, sino también a miles de kilómetros de ella.