Parece que fue apenas hace unos días cuando se hizo formalmente el anuncio de que los Reales del San Luis desaparecerían, cuando se convirtió en una realidad el que San Luis Potosí se quedaba sin primera división, debido a una decisión administrativa, un estado que de inmediato fue condenado a la Liga de Ascenso MX.

Pero no fue hace unos días, ya ha pasado prácticamente un año y hoy quisiera compartir con ustedes lo que he vivido. Con el anuncio de la venta de la franquicia, se vino de inmediato la nueva noticia de un equipo en San Luis Potosí, mismo que sería adquirido por Jacobo Payán, esa vez el destino era claro, no habría forma alguna de tener un equipo en el máximo circuito.

En lo personal, debo confesar que la idea no me parecía mala, dado que tendría la oportunidad de saludar a viejas amistades, aquellas de las que el futbol me había alejado antes de comenzar a trabajar en los medios de comunicación.

La realidad fue muy diferente,  comenzó el Apertura 2013 y muchas cosas desaparecieron, el ambiente en el Alfonso Lastras era completamente distinto, y es que hasta como periodista todo cambia, los reflectores desaparecen, teniendo hasta el hecho de que ahora mis notas difícilmente podrían ir a la parte principal de la página, simplemente son publicadas en portada, eso sí, con la fortuna de tener una cobertura más selecta, luchando día a día por llevarle lo mejor a los lectores.

En el aspecto futbolístico, me tocó crecer con un nuevo proyecto, ver las carencias a las que son sometidos los jugadores, desde la falta de ropa de entrenamiento, bebidas hidratantes, salarios bajos y hasta los retrasos en éstos.

Ahora que ha finalizado el Clausura 2014, me doy cuenta que tal vez no todo es tan malo, simplemente hay falta de coordinación y organización. Puedo afirmar que es una Liga que tiene mucho que ofrecer, con muchos talentos ocultos que quizás nadie se ha dado tiempo de voltear a ver.

Siento que es momento de un cambio, en el que se le dé más proyección a la división de plata en México por parte de los medios de comunicación, mientras que en cuestiones administrativas para la FMF, quienes deben de empezar por lograr la estabilidad económica en sus clubes, estableciendo reglas claras, no importa si pagan un peso o un millón, lo importante es tener firmeza.

No estoy de acuerdo en la manera en que van y vienen jugadores, sé que son elementos de un trabajo normal, pero por eso mismo, son como cualquier trabajador que necesita estabilidad, que cargan con la responsabilidad de una familia; no es posible que se arrastren meses sin cobrar o premios con meses de atrasos, de los cuales solo reciben una y otra vez la promesa de pago.

 Sería ideal buscar plazas que tengan un objetivo real de ascender, no solamente llenar el calendario y probar jugadores, contar con instalaciones y estadios dignos de un equipo profesional.

De las cosas buenas que rescato, es el ambiente de compañerismo, lealtad y solidaridad que se vive en los equipos del Ascenso MX, formado mayormente por jóvenes que buscan su máximo sueño, jugar en la Primera División.

Así ha sido mi primer año como reportera en el Ascenso MX, teniendo la fortuna de contar con VAVEL México, una página innovadora que ha decidido apostar por la división de plata, haciendo las mismas coberturas que en primera división, situación que ha permitido darle un nuevo giro a mi carrera, ahora seguiré con la misma tarea, demostrar que la división de plata tiene muchas cosas que ofrecer.