A Irapuato no le sirvió ni siquiera, el buen fútbol que había mostrado las tres primeras fechas, ni la reestructuración en su platilla y muchomenos, el estar en condición de local, para detener a un equipo que luce poderoso, como lo es el Atlante.

El Sergio León Chávez recibió a Freseros y Potros en el duelo de jornada 4 del Ascenso MX, para dar fin de una vez por todas a especulaciones respecto al juego y comenzar a dejar nervio entre los aficionados.

El inicio de partido fue parejo, por así decirlo, pues ambos equipos se tomaron algunos minutos para estudiar al rival y con ello, tratar de asentarse lo más rápido posible en el terreno de juego, cosa que Atlante, logró primero.

Pasaba la media hora de juego, cuando Romagnoli aprovechó una distracción de la defensa irapuatense, que reclamaba una falta a favor, al dejar a Maldonado frente al gol con un solo pase filtrado que el mismo guatemalteco supo definir, para abrir el marcador.

Irapuato intentó reaccionar en los instantes previos al final del primer lapso, con algunos disparos de media distancia que solamente sirvieron para no dejar que se 'enfriara' el arquero del equipo quintanarroense.

El inicio de la segunda mitad sirvió para darle una revolución al juego, que fue comandada por el ataque de 'la Trinca'; apenas a unos minutos de haber arrancado, Sergio Rosas dio el primer golpe de peligro, cuando con un disparo razo cruzado que atajó Ruiz, dejó secuelas de nervio entre los defensores azulgranas.

Seguido de esto, Irapuato volvió a tocar el arco, ésta vez con un cabezazo de Carlos Stéfano Rodríguez, quien ganó el balón por encima, tras un centro desde la banda, pero que no terminó donde muchos quisieran: al fondo de las redes, por una intervención del arquero en segunda instancia.

La reacción fugaz de los rojos caló y gacho en el corazón de los atlantistas, quien luego de eso, se lanzaron al frente instantáneamente para conseguir la segunda anotación.

Al minuto 54', la defensa local se puso nerviosa en una jugada ofensiva del Atlante, que fue ocasionada por Giancarlo Maldonado, pero que fue terminada por una barrida de Alejandro Mercado, quien mandó el balón a propia área.

Cerca del final, los pupilos de Roberto Sandoval se quedaron cerca de acortar distancias, en una jugada que terminó despejando la defensa visitante en la línea de gol.

Cuando el nerviosismo comenzaba a tocar las puertas del juego, en el Sergio León Chávez el tiempo 'hizo de las suyas' al ocasionar el silbatazo final, que dio la mujer, Quetzalli Alvarado.