La consecución del campeonato ha quedado en el pasado. Hace un mes Necaxa se coronaba como campeón del ascenso y acreedor a medio boleto al máximo circuito. Un mes después, los Rayos regresaron al Victoria, como flamantes monarcas del circuito pero con la encomienda de iniciar con el pie derecho con sólo un objetivo: el ascenso.

En punto de las cinco de la tarde, el partido vio su inicio en medio de la tradicional algarabía en las gradas del Victoria.

Tras algunos minutos de estudio, que servía para descifrar las tácticas y parados estratégicos de los clubes, Mineros, como buen visitante, intentó adueñarse del balón rápidamente mediante las jugadas de Derley y por ende, de las acciones de peligro, las cuales también aparecieron.

Corrían los minutos previos a la media hora de juego, cuando en una interesante jugada ofensiva, Juan Ezequiel Cuevas abrió el marcador con un remate, qu dejó sin oportunidad a Gallardo y que por algún tiempo, sirvió para apagar el festín hidrorrayo de la grada.

El hecho de que Mineros se haya ido adelante en el marcador primero intentando opacar su presentación ante su gente como campeón, le dolió a Necaxa en donde más le duele: el orgullo.

A partir de la anotación, Necaxa reaccionó y quiso emparejar la situación lo más pronto posible, por lo cual tuvo que volcarse completamente a la ofensiva. La estrategia funcionó y al 37' Víctor Lojero le devolvió al campeón el territorio que había perdido con un espectacular gol de tijera, en una acción que dejó perplejo al arquero Velázquez.

El gol de Lojero había cerrado el intenso primer tiempo con broche de oro, dejando demasiada expectativa para la parte complementaria, en la cual, se esperaban más goles.

El segundo lapso arrancó y las emociones bajaron notablemente en la grada del inmueble, más no así en el terreno de juego, sobre todo en la mitad de la cancha, zona en donde se desarrollaban la mayoría de las acciones.

A final de cuentas, el segundo lapso se escapó entre el accidentado encuentro que propusieron los dos conjuntos en él, que por momentos se notaba que el empate resultaría lo mejor para ambos, y así fue.