Con la confianza firme y absoluta en el conocimiento de su jugador, Antonio Mohamed no dudó un sólo momento en traer a un elemento de características infalibles en la zona de la central. Entre los aciertos del reciente campeonato azulcrema del “Turco”, se encuentra el nombre del paraguayo Pablo Aguilar, quien ya había saboreado las mieles de la gloria cuando estuvieron juntos en la escuadra de los Xolos de Tijuana.

El sudamericano llega a las filas de Coapa para el Clausura 2014, donde tarda en debutar debido a una lesión que lo mantuvo inactivo por varias fechas. Para esa campaña, el colombiano Aquivaldo Mosquera se mantenía con las Águilas, aunque la realidad es que su nivel ya estaba por debajo de las exigencias de este equipo. Es entonces cuando Aguilar comienza de a poco a ganar minutos en el terreno de juego, su presencia en las pelotas paradas fueron generando ese peligro inminente debido a la forma en que Mohamed trabaja dicha faceta del juego.

Para el Apertura 2014, Mosquera deja a las Águilas para enrolarse con los Tuzos del Pachuca y es ahí donde la confianza ya depositada del estratega argentino en Pablo retoma fuerza. El 12 americanista se vuelve el líder en la zaga, e inclusive convierte su segundo gol como elemento de Coapa ante su ex equipo, que significó un triunfo importante para América.

La ausencia de Aquivaldo nunca se hizo notar en el equipo de Mohamed, el paraguayo tomó las riendas de la central americanista, aunado a la confianza de su timonel. El conocimiento total de su jugador, le brindó al DT del equipo capitalino. la tranquilidad en la zona baja a lo largo del reciente campeonato americanista.

La cereza en el pastel, indudablemente, lo que aconteció el domingo 14 de Diciembre en el Coloso de Santa Úrsula. La esencia de la táctica fija en las Águilas de 'El Turco' dio resultado en el momento justo. Centro de Sambueza que remata precisamente Aguilar para la voltereta en el global y que en ese momento ya le daba el título a los de Coapa. El festejo natural fue el abrazo con euforia en el que ambos se fundieron como entrenador y jugador, pero no sólo como eso, sino como compañeros de varias batallas desde sus tiempos en Tijuana -donde también fueron campeones en el Apertura 2012-.

Antonio se fue por la puerta grande de un campeonato y ahora le corresponderá a Pablo Aguilar mantener la zaga americanista con la solidez que ya le comienza a distinguir como uno de los elementos más queridos por la afición campeona de México.