América es un equipo de talla internacional que se ha ganado el respeto de los grandes a base de buen futbol y corazón. Revertir resultados parece ser un aspecto arraigando a la sangre del americanismo, manejar escenarios hostiles y dominarlos son solo una pequeña parte de la historia de las Águilas, los de Coapa se han plantado ante cualquier adversario y han hecho valer los colores de la camiseta que dicho sea de paso no cualquiera es merecedor de portarla.

Un día como hoy 14 de abril pero de 1978, las Águilas conquistaban la Copa Interamericana enfrentando al campeón vigente de la Copa Libertadores; Boca Juniors, es importante resaltar que para la obtención de esta copa fue necesario jugar 3 partidos. El primero tuvo lugar en la cancha de Boca, donde los xeneizes se impusieron por marcador de 3-0, la vuelta se jugó en casa donde dio como resultado un partido ríspido, llegadas constantes del accionar americanista comandado por el eterno ´8´ Carlos Reinoso, que bailaba la pelota de manera prodigiosa ante la mirada atónita de los visitantes, Cristóbal Ortega hacía lo propio mientras que Hugo Enrique Kiese se cansó de tirar al arco defendido por ´El Loco´ Gatti.

Los dirigidos por Raúl Cárdenas fueron incesantes a la hora de irse al frente, fue así como al minuto 75', Kiese aprovechó el desconcierto en el área xeneize para recibir la pelota y disparar mandándola al fondo de la red consiguiendo la victoria y forzando a un tercer partido de desempate a jugarse en el Estadio Azteca.

El partido iniciaba ante la mirada expectante de las poco más de 70 mil almas que se daban cita en el Coloso para ver una copa más de los cremas, apenas al minuto 5', Daniel Pavón anotaba para el cuadro boquense dirigido por Juan Carlos Lorenzo. Nuevamente, 'El Maestro' Reinoso tomaba la batuta y partía la media cancha con su toque elegante, preciso que aventajaba a sus compañeros al momento de sumarse al ataque.

No pasaría mucho tiempo para que Reinoso levantara la cara y enviase un centro como con la mano para José de Jesús Aceves que no perdonaba y de “campana” convertía el gol del empate, pese a la confusión generada por la manera en que la pelota entró y salió el árbitro validó la acción para que posteriormente los cremas mandaran el partido hasta el alargue.

Los emplumados lucharon por todas partes del campo jugando “con el cuchillo entre los dientes” , tirando gambetas, tocando entre líneas, se podría decir que lo intentaron todo por durante casi 120 minutos, pero fue hasta instantes de terminar el juego cuando América recibió falta en los linderos del área, el encargado de cobrar la falta era el infaltable Carlos Reinoso; Gatti acomodaba la barrera, Reinoso se perfilaba dando una considerable cantidad de pasos a su lado izquierdo, tomó vuelo y le pegó al balón de tal forma que hace una comba de fantasía que dejaba atónito al arquero xeneize que fue un espectador más de aquella obra de arte hecha por el ´8´, la pelota se quedaba jadeando bajo la red y el autor del gol corría directo a festejar con la gente.

Un capítulo más donde el americanismo se vivió en su máxima expresión y que hoy a 37 años de conseguida aquella hazaña, sigue estremeciendo el alma de los fanáticos azulcremas que llevarán por siempre el recuerdo de la Copa Interamericana que se ganó de último minuto de manera sobre humana, una vez más ganando a lo América.