América dejó toda su contundencia en el partido frente al Herediano y en la agonía del encuentro rescató un empate que deja un sabor más agrio que dulce para toda la parcialidad azulcrema.

El americanismo le dio carpetazo a lo ocurrido el sábado pasado, la humillación recibida en el certamen liguero a manos del Querétaro no impidió que afición amarilla colmara las tribunas del único estadio que ha albergado dos finales de copas del mundo, un inmueble acostumbrado a este tipo de marcos, el mítico Estadio Azteca. Un inmejorable escenario para que la institución más ganadora disputara su cuarta final en menos de tres años; en punto de las 20:00hrs, los 22 protagonistas saltaron a la cancha sagrada del Coloso de Santa Úrsula en formación FIFA y con la fanaticada local empujando con cánticos y gritos a los suyos.

20:06hrs y el árbitro hondureño, Héctor Rodríguez dictaminó el comienzo de las festividades. Como se presupuestaba, los pupilos de Gustavo Matosas arrancaron con mucha vehemencia, no obstante, la escuadra visitante se encargó de apaciguar las revoluciones de sus rivales. Tuvieron que transcurrir ocho minutos para que llegara el primer aviso del juego. Fue Michael Arroyo quien recibió dentro del área un pase filtrado de Darwin Quintero; el ecuatoriano no se la pensó dos veces y con pierna izquierda sacó disparo que pegó en la red exterior del arco canadiense.

América realizó un total de 28 tiros, mientras que el Impact de Montreal únicamente cuatro

La primera de tantas intervenciones que tendría Evan Bush se presentó al minuto 10' cuando desvió a tiro de esquina un calmoso disparo de Quintero; esperanzador inicio del actual monarca azteca, sin embargo, en el futbol lo importante no es tocar la puerta, sino abrirla. Al minuto 16', Ignacio Piatti fue el responsable de silenciar a los miles de asistentes que portaban orgullosamente en las gradas los colores del América. El argentino se le anticipó a Paul Aguilar y definió por abajo para colocar el primer tanto del encuentro.  

La anotación del Impact figuró como un cubetazo de agua helada, mismo que sirvió para despertar a la ofensiva águila. Rubens Sambueza se quedó cerca de emparejar la pizarra cuando al minuto 21' quiso acomodar la redonda pegada al poste derecho, pero Bush se manifestó y logró corromper el tiro del dorsal 14. Pese a que el duelo era joven, algunos jugadores azulcremas empezaron a recurrir a detonaciones de media y larga distancia, aunque ninguna tuvo el éxito anhelado. Al minuto 24', Darío Benedetto intentó rematar de tijera y desaprovechó una buena oportunidad para igualar el marcador. Un minuto después, Arroyo penetró la cabaña enemiga pero el juez de línea levantó su bandera indicando fuera de lugar.

Al minuto 27', nuevamente hizo acto de presencia el verdugo de los cremas; Piatti condujo unos cuantos metros el balón y al observar adelantado a Moisés Muñoz trató de clarear al guardameta local, su ensayo fue bueno pero la caprichosa se marchó por un costado. Montreal Impact mostró un buen orden defensivo en los últimos 15 minutos de la primera mitad, situación que orilló a elementos como Micky Arroyo a calentar su pierna derecha con tiros holgados. Los de Coapa se desplazaron a los vestidores en desventaja, por lo que se veían forzados a redoblar esfuerzos en la parte complementaria.

Consciente de la necesidad americanista, el estratega uruguayo echó mano de Oribe Peralta y se desprendió de Osvaldo Martínez, quien pudo haberse ido expulsado en la recta final del primer lapso. Poco bastó para que se notara la presencia del Cepillo, puesto que al minuto 52' dirigió un balón con la testa por encima del travesaño. 180 segundos más tarde, la figura del arquero Bush brotó de nueva cuenta tras impedir con su mano izquierda que un potente disparo de Quintero se colara al fondo de su portería.

Darío Benedetto fue abucheado cuando dejó la cancha al minuto 79'

América siguió persistiendo y en tres minutos puso en predicamentos a Bush y toda su zaga. En primera instancia, Benedetto no pudo darle colocación a su cabezazo, destinando su remate a la humanidad del meta estadounidense. Posteriormente, Peralta se lanzó de palomita para tratar de conectar un buen servicio de su compañero y amigo Quintero; el seleccionado nacional tocó ligeramente la esférica pero no fue suficiente. Al minuto 67', Sambueza dejó cimbrando el travesaño luego de un tiro con parte externa. El dominio crema era notable y en algunas ocasiones abrumador.

El Pipa tuvo su último acercamiento de la noche al minuto 70', cuando dentro del área se dio la media vuelta e impactó con fiereza la bola mandándola varios metros arriba. El 'Vamos América' más ensordecedor de la velada se escuchó a 20 minutos de concluir el enfrentamiento. 

Cuando el panorama lucía más enrevesado para el equipo local, intervino Peralta e hizo valer esa popular frase: 'La tercera es la vencida'. Al minuto 88', Sambu envió un centro para que Oribe se elevara y rematara con la testa y así montar en el pizarrón al cuadro azulcrema. Retumbantes los cantos de la hinchada local en todo el Estadio Azteca, el recinto ubicado en la Calzada de Tlalpan era una auténtica sucursal del manicomio.

Con el apoyo de su gente, América se lanzó en busca del triunfo, el cual estuvo a nada de concretarse. En los últimos instantes del confrontamiento, Peralta y Martín Zúñiga -en dos ocasiones- se quedaron a nada de sellar otra noche mágica en el Azteca; Bush acabó siendo el héroe de la agrupación canadiense. El cotejo de Vuelta se llevará a cabo el próximo miércoles 29 en el Estadio Coliseo. Las Águilas necesitan de una victoria o un empate a dos goles para coronarse, mientras que al Impact le sirve un empate a cero anotaciones para quedarse con el trofeo.