Fue también en un 26 de mayo, pero de 1974, que América veía nacer a una de sus máximas figuras: Alfredo Tena, quien años más tarde llevaría a la inmortalidad el '4' en la espalda por la garra, el corazón y ese extra que siempre dejó en la cancha.

Fue 'El Mister', José Antonio Roca, uno de los primeros en ver algo especial en aquel jovencito surgido en las inferiores del club, y no tardaría mucho en ganarse el corazón de los aficionados azulcremas. Con América ganó un total de 14 títulos, entre campeonatos locales, CONCACAF y las Copas Interamericanas obtenidas por las Águilas, donde en una de ellas vencieron al representativo cuadro argentino Boca Juniors.

'El Capitán Furia' siempre fue un jugador distinto, partiendo de su personalidad, que pese a aparentar ser serena en todo momento, bastaba con que se suscitara una mínima vorágine para que Tena se convirtiera en esa figura imponente llena de carácter, ilustrado con una fortaleza física que hace dudar hacía el más valiente.

Así lo demostró a lo largo de su carrera, la prueba más fehaciente es aquel gol anotado en la final contra Guadalajara; hecho a base “Fibra América” y con toda la mística en la espalda, gol que gritó con el alma y los brazos extendidos al unísono de los aficionados.

Como técnico de las Águilas será recordado por aquella gran actuación en Copa Libertadores 2000, en donde llegaron hasta semifinales; pese a la derrota en la antesala de la Final de la justa continental ante Boca Juniors, ese partido es recordado por el americanismo debido a que el plantel fue una calca de lo que Tena era como jugador en la cancha: Alfredo logró impregnar su personalidad en sus pupilos.

Esa noche los 11 en la cancha corrieron, se mataron y sudaron sangre por la camiseta. Incontables son los motivos por los que Alfredo Tena se posiciona como una institución americanista que se materializa en un torso a la entrada del túnel 4 del Estadio Azteca, donde todo seguidor azulcrema se retrata pues al '4' del América lo llevan en el corazón.