Qué pensarían aquellas manos que diseñaron, cimentaron, apilaron y dieron forma a la construcción del majestuoso Estadio Azteca ¿A caso imaginarían siquiera el sin fin de decibeles acumulados en el inmueble o las hazañas impregnadas dentro de él? Está claro que el Coloso fue construido con la finalidad de darle al América una casa acorde de la grandeza del club, sin embargo nadie imaginaba la mística que el Coloso iría acrecentando año con año.

Un lugar mítico visitado por millones de personas, ya sea para presenciar un partido de las 'Águilas' del América o simplemente por el hecho de conocer una de las catedrales del fútbol más famosas a lo largo y ancho del planeta.

La inmensidad del lugar crea una impresión inigualable en el espectador, tanto posicionándose en la zona baja del estadio como en la parte más alta, donde el vértigo se conjuga con una sensación de superioridad cuando uno se para sobre las gradas de ese monstruo de concreto.

Esa cancha ha visto la Copa del Mundo en más de una ocasión, algunos de los jugadores más aclamados han tenido la fortuna de pisar el césped en el que tantas lágrimas de tristeza y alegría han sido absorbidas. No obstante ese magnánimo lugar únicamente es casa del América, el equipo que cuenta con la afición más numerosa del país y más allá.

América es denominado como un club “ventajoso” ¿Cómo no ser catalogado de esa forma? Si tiene una bestia que cobra vida y ruge a decibeles ensordecedores que paralizan a todo aquel que pretende desafiarlo, juntos suman una larga lista de trofeos que se atiborran en la vitrina de Coapa, tantos como para convertirse en un problema para la dirigencia que ha decidido ampliar las repisas pues llegan copas al nido y no hay lugar donde ponerlas.

El misticismo que guarda el Coloso no puede definirse con simples palabras, quizá la manera más fácil de ejemplificarlo es el vuelo que emprende desde lo más alto del estadio 'Celeste', la mascota oficial de la institución, con la gracia, la elegancia y el vuelo imponente con el que rodea al estadio.

Tal vez sea esa la manera de explicar que “el Azteca es el lugar donde las Águilas se atreven”, lugar que podrá mencionarse en los libros de historia como el Coliseo romano donde se asegura que a estas fechas por la madrugada pueden escucharse rugidos de leones, osos y el grito de los gladiadores.

El Coloso es joven aún, 49 años no son nada, sin embargo el sin fin de sonidos y sentimientos albergados en él hacen parecer que el lugar tenga una edad milenaria, hoy a casi 5 décadas de su nacimiento el aficionado del América y el mundo del futbol en general se engalana por el cumpleaños de tan grande escultura de arte que todavía tiene muchas alegrías por brindar.

¡FELICIDADES ESTADIO AZTECA!