"El proceso de adaptación" es una frase decembrina en el menú navideño del futbol mexicano. Se usa en esta época para exculpar a jugadores que tras su llegada al inicio del año futbolístico (julio y agosto) no han rendido lo que se esperaba. Tiene como acompañamiento la altura, la poca pretemporada, el desconocimiento del país entre otros pretextos que aluden los afectados.

La adaptación no desconoce a los técnicos, que a menudo refieren el poco conocimiento del club o inclusive los vestidores rotos que dejan sus predecesores. Sin embargo, en el actual torneo hay un entrenador que ha escapado a tales excusas y ha situado  a su equipo entre los cuatro mejores. Se trata de Ignacio Ambriz, el timonel azulcrema.

¿Lo hecho por Ambriz en su primer torneo merece elogios o es una situación frecuente en un club como América? Conviene echar un vistazo a la historia para situar el veloz proceso de adaptación del nuevo técnico de las Águilas.

Son 42 distintos cuerpos técnicos los que han iniciado sus procesos al frente de las Águilas justo en el inicio del torneo de liga (fecha 1), tal como lo hizo Ignacio Ambriz. Ellos tuvieron la oportunidad de armar su equipo y realizar pretemporada con los jugadores. Veamos cómo les fue.

En los lejanos años veintes y treintas hubo cuatro entrenadores que tuvieron la suerte de iniciar su andar en la jornada 1; Rafael Garza Gutiérrez, Percy Clifford, Salvador Briseño y Pedro Barra. La mayoría de ellos fracasó en su debut. Solo se destaca la entrada triunfante del inglés Clifford, que apenas en su primera campaña logró alzarse con el título.

Los años cuarentas y cincuentas hicieron más evidente lo que se anticipaba en las décadas pasadas; dirigir a un equipo requería un largo período de adaptación. Luis Regueiro, Octavio Vial, Jorge Orth, Norberto Iácono, Gaspar Rubio y nuevamente “Récord” fracasarían en sus temporadas de debut, aún con la ventaja de haber seleccionado al plantel. La situación fue más caótica que en años anteriores, porque ninguno de ellos logró algún título en el resto de su estadía como técnico, y muchos abandonaron el barco rápidamente.

La llegada de Emilio Azcárraga a principios de los sesenta no significó una mejoría en la adaptación de los técnicos al banquillo azulcrema; Ignacio Trelles, Alejandro Scopelli, Ángel Papadópulos, Andrés Prieto, Walter Ormeño y José Antonio Roca dejaron pasar su primer torneo sin triunfo alguno. Sin embargo, a mediados de los años setenta, por fin un entrenador lograría romper la maldición de la adaptación; Raúl Cárdenas logró ganar en la temporada de su debut, 1975-1976. Casi cincuenta años después de que Percy Clifford lo hiciera por 1º vez.

La años ochenta trajeron cinco títulos de liga a las vitrinas del Club América, sin embargo ninguno de ellos vino como producto de una primera campaña exitosa. Por el contrario se trató de una serie de técnicos que comenzaron siendo relevos a medio torneo para luego convertirse en legendarios entrenadores. Solo Cayetano Rodríguez comenzó su fugaz proceso en la fecha 1, sin pena ni gloria. Los noventa fueron todo lo contrario a la gloriosa década de los ochenta. En esta última década del siglo XX, 7 técnicos extranjeros fracasaron en sus campañas iniciales.

El nuevo siglo ha tenido once técnicos con la oportunidad de iniciar sus procesos en la fecha 1: Mario Carrillo, Leo Beenhakker, Oscar Ruggeri, Victor Manuel Aguado, Luis Fernando Tena, Ramón Ángel Díaz, Manuel Lapuente, Miguel Herrera, Antonio Mohamed, Gustavo Matosas e Ignacio Ambriz. Si bien todos ellos han continuado con la penosa tradición de no lograr ningún título en su primer torneo, al menos la experiencia ha servido a tres para conseguirlo en campeonatos venideros (Carrillo, Herrera y Mohamed).

Ambriz ya es, sin duda, un caso honroso en el negro historial de técnicos americanistas que debutaron en la fecha 1, pues ha logrado colocar al equipo en las semifinales del Apertura 2015. Está a cuatro partidos de lograr lo que solo pudieron conseguir Percy Clifford y Rául Cárdenas. El ex seleccionado nacional se encuentra a las puertas de una marca prestigiosa en la institución americanista ¿Podrá vencer la maldición de la adaptación o se quedará en la orilla como muchos otros?