Las Águilas del América comenzaron las actividades en la Liga MX recibiendo a los renovados Jaguares de Chiapas en el Estadio Azteca.
Los azulcremas deseaban iniciar con el pie derecho este Torneo Apertura 2016 más allá de la propia ilusión creada cada seis meses, esta ocasión en particular tienen la encomienda de celebrar el centenario del Club y qué mejor que con triunfos.
El cuadro de Ignacio Ambriz mostraba pocos cambios a lo que ha venido trabajando en el último año además de poner a dos de sus tres refuerzos desde el comienzo. Los chiapanecos comandados por José Cardozo no se quedarían atrás, buscarían iniciar este torneo con una victoria que significaría un golpe de autoridad.
Los primeros minutos vivieron el síntoma similar de toda la jornada uno; muchas imprecisiones, a los jugadores les costaba correr por la pelota y la propia naturaleza de los inicios de torneo.
América buscaba el primer gol con los peligrosos centros de Paul Aguilar y el bien conocido juego áereo, pero no daba frutos y con eso también pasaban los minutos sin cambio alguno.
Moisés Muñoz también hacia su chamba al sacar un par de pelotas peligrosas en su área de Martín Zúñiga, águila prestada al cuadro de la selva.
Terminaba la primera mitad y otro empate a cero que dejaba poco a la imaginación para el segundo tiempo.
La segunda mitad comenzaba con un gran zarpazo de los azulcremas, Darwin Quintero se atrevía a pisar el área rival sacando un gran disparo que terminó desviado y con ello el primer gol del torneo del centenario.
Los chiapanecos se volcaron al ataque y estuvieron cerca de conseguirlo con la juventud de Escoboza y sus peligrosos disparos que se vieron opacados por la experiencia de Muñóz.
Los últimos minutos se vieron envueltos en la pasión de buscar el triunfo dejando espacios abiertos en ambos equipos. Esta situación la aprovechó el América para darle la bienvenida a Silvio Romero como goleador azulcrema, marcando el segundo y matando toda esperanza chiapaneca, aplicando la ley del ex.
América gana sus primeros tres puntos en una serie de festejos opacados por malas ideas administrativas rumbo al centenario.