Parece que el América cumple cien años en mal semestre. Todos los planes que se realizaron para el famoso año del Centenario de la entidad azulcrema penden de un hilo con la ruptura entre el Cuerpo Técnico de Ignacio Ambriz y la directiva americanista. Los proyectos se ven rebasados ante la nula aceptación de los resultados y la inoperancia del equipo de Coapa durante la Liga MX, lo que costó el trabajo de un personaje que el americanismo sabía que estaba ahí por ser amigo del Presidente Deportivo, Ricardo Peláez, y no por méritos propios.

Recuerdo la conferencia de prensa cuando lo presentaron argumentando que necesitaban un Técnico que llegara con hambre de triunfo y humildad, (las Águilas corrieron a Gustavo Matosas y Antonio Mohamed anteriormente) requisitos que Nacho cumple pero llegó sin campeonatos y sin demostrar un futbol atractivo en sus anteriores equipos, lo que la afición azulcrema no perdona y siempre fue cuestionada su llegada a la banca más caliente del futbol mexicano.

Partidos que ganaba, otros que perdía pero sobre todo sin una mística águila de ir siempre al frente, de golear y gustar. Nunca lo encontró Ambriz. Al contrario, siempre encontró preguntas a su funcionamiento, la indisciplina de sus jugadores, las contrataciones que se efectuaban y un largo etcétera que terminó en ser abucheado y escuchar un coro de “¡Fuera Ambriz!” en el Estadio Azteca. Que te vaya bien y me saludas a Nunca Vuelvas.

El otro que pisa brasas es Ricardo Peláez. Su filosofía de austeridad en Coapa ya no funciona, ya no vende, ya nadie se la cree. Tiene una época ganadora como directivo y se le reconoce los resultados, lo que le da el crédito para seguir ahí pero si no fuera por esa llamada del dueño del equipo, él nunca corre a Ignacio, se hubiera jugado todo con él. No trae a un equipo de renombre para jugar un partido amistoso por el Centenario, deja que la marca patrocinadora diseñe una de las playeras más feas en los últimos años, no trae contrataciones de renombre, esos que retumban hasta Europa y que suele ser a billetazo limpio. No, Peláez ya no tiene crédito con la afición tampoco.

Ahora piensa en el sustituto de su amigo Ambriz y se le complica el panorama. Javier Aguirre sólo vendría a México como directivo y no a dirigir al Azulcrema. Ricardo Lavolpe no tiene buenas referencias con él. Carlos Reinoso ha criticado  al actual mandamás en Coapa al igual que Antonio Carlos Santos, que un día le tunde en Twitter y otro también. Descartados de inmediato. Con Pedro Caixinha tuvo sus enfrentamientos. Marcelo Bielsa es muy bueno pero no en balde le apodan El Loco y Gerardo Tata Martino quiere iniciar un proyecto desde cero, con jugadores que él conoce y al inicio de una temporada. No es el caso. Por eso la baraja se reduce a Rubén Omar Romano, sí, el mismo que encabezó aquella debacle en el 2008 que culminó con la salida de él y Michel Bauer del Club para la posterior llegada de Ricardo Peláez.

Así está el panorama en el Centenario águila, algo que nunca se esperaba y que es de la más alta exigencia que hay en el futbol mexicano.

Préndela así, de volea.