Lo que sucedió en la calle Alzate 136 el 12 de octubre de 1916 fue mucho más que la fundación de un equipo. Quienes se juntaron ahí, encabezados por Rafael Garza Gutiérrez, tenían otras ideas más allá de crear solo un club de fútbol. En su mayoría eran jóvenes que ya habían pasado por diferentes escuadras escolares y ambicionaban incursionar en torneos de mayor prestigio en la ciudad.

Su sueño se vería cumplido un año después de la fundación del Club América. Tras ganar varios torneos amistosos, el equipo decidió solicitar su ingreso a la Liga Mexicana de Aficionados de Football Asociación. Para su admisión América enfrentó varios encuentros contra equipos de la Liga, en el que dio prueba de su valía, consiguiendo el visto bueno de los demás clubes.

América vistió de color azul aquel 21 de octubre.

El 21 de octubre de 1917 América debutó oficialmente en la máxima categoría del futbol nacional ante Junior. Los 11 jóvenes fueron Ignacio de la Garza, Leobardo Salido, Rafael Rosales, Fernando Sierra, Adeodato López, Luis Fabré, Francisco Gutiérrez, Guillermo Gómez, Julián Sierra, Luis García Besné y Abel Flores Reyes.

Las crónicas de la época destacan el juego de toque y combinaciones que mantenían aquellos muchachos y su espíritu de ataque. Vale decir que cuando se habla del América como un equipo ofensivo no se miente en lo absoluto, pues esos 11 jóvenes ya proponían un juego alegre y vertical. Así lo menciona el diario ‘El Nacional’ en su relato posterior al partido, en el que distingue al América por “su bonita y limpia manera de jugar que ha causado muy buena impresión en el público”.

Eduardo Castellanos fue el árbitro de ese primer juego.

Aunque vale decir que ese equipo también pecaba de inocente, cometiendo fallas en defensa que le terminaron costando el resultado en aquel juego tras un burdo penal cometido en su área. Un resultado de 0-1 en contra que no detuvo el ímpetu de los jóvenes americanistas, capaces de redimirse dos semanas después con su primera victoria ante Deportivo Español.

A partir de ahí el equipo no abandonó nunca la primera categoría. Quienes estuvieron ese jueves de octubre en la casa de la tía Calita no solo fundaron un equipo, dieron vida al club más ganador de este país. Tras más de 3387 partidos y 100 años de historia, América es el más grande entre los grandes.

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