Las Chivas rayadas del Guadalajara vienen padeciendo desde hace ya varios torneos la ausencia de varios de sus jugadores clave a causa de las lesiones que constantemente merman la alineación estelar del Rebaño. 

Desde Rafa Márquez Lugo hasta el recién llegado, "El Pocho" Miguel Ángel Ponce, el mismo Chaton Enriquez, o el más reciente, Ángel Reyna, quien se resintió en la batalla en el Jalisco contra los melenudos. Muchas han sido las visitas al hospital rojiblanco, que no para en sus focos rojos en los temas físicos, y más aún en este torneo tan trascendental en su historia, por los lastres en la lucha del descenso. 

La temporada inició quieta, pero apenas unos días después del partido en la selva contra Jaguares de Chiapas, la directiva anunciaría la baja por cinco partidos del lateral izquierdo, Miguel Ponce. El basto plantel tapatio le dio para cubrir la baja del defensor. 

Esto pone en entredicho la capacidad de los preparadores físicos, por la reincidencia y fatídica insistencia de las lesiones en mermar al plantel. 

La directiva ha diversificado las formas de hacer pretemporada, con la intención de olvidar al menos un torneo las lesiones. Desde trabajo de playa, hasta en el centro de alto rendimiento de la Selección Mexicana. Los lugares y la estructura de pretemporada han sido diferentes, pero, aún así, el golpeteo físico sigue haciendo sufrir al Guadalajara. 

El domingo le tocó a Angel Reyna, y con eso, el próximo partido deja incertidumbre al cuerpo técnico. Así que la lucha por el no descenso tiene ese no tan nuevo bache. Las Chivas vienen luchando contra las lesiones, contra los equipos rivales, contra la falta de actitud de sus propios jugadores, contra la viperina boca de su dueño.

Así es la vida de Chivas en la actualidad. Una de batallas contra todo, hasta contra ellos mismos, ironías del fútbol.