El Clásico Nacional parecía llegar en un momento inigualable; óptimo para esperar el mejor de los espectáculos. El local, Club Guadalajara, llegaba al encuentro como líder de la competencia previo al inicio de la jornada y, con su salvación ya consumada, aunada a la conclusión de responsabilidades alternas (al terminar como subcampeón de la Copa MX a media semana) hacían pensar que llegaban en un momento inmejorable para encarar al odiado rival.

De lado del América, aunque la situación futbolística no necesariamente se encontraba en su mejor momento, el sabor atractivo lo ponía el hecho de hacerle frente al líder de la competencia, ni más ni menos, presumiéndose como el campeón actual de la Liga MX que, combinado con su cercanía a un nuevo título de Concacaf (en una final que va empatada), solo terminaba por demostrar que ambos equipos llegaban con las cartas suficientes para brindar algo inigualable en el Estadio Omnilife, en lo que sería el clásico 218 de la historia.

El silbatazo inicial se dio y Guadalajara comenzó a tomar las riendas del juego. El equipo comandado por José Manuel de la Torre parecía plantarse más cómodo en su campo en los 15 minutos iniciales y hacía pensar que, si alguien tenía más posibilidades de irse al frente en aquellos primeros instantes, eran ellos. Y entonces, un minuto después, al 16, llegó la anotación americanista.

Conduciendo por el centro de la cancha, Paul Aguilar tiró desde muy lejana distancia para abrir el marcador en favor de su equipo. El dorsal ‘22’ americanista, con un potente disparo de pierna derecha, anidó el balón en las redes en una muestra de técnica impresionante, poniendo el esférico en el ángulo superior derecho, dejando imposibilitado al arquero rojiblanco, Luis Ernesto Michel, que solo vio cómo su marco se veía batido con un balón que, antes de entrar, pegó en el travesaño para embellecer la postal que ponía adelante al América.

A Chivas le costó trabajo reaccionar desde aquel momento y, solo hasta el minuto 25, con cabezazo de Omar Bravo, y posteriormente al 27, con tijera de Marco Fabián, comenzó a recobrar la idea para generarle incomodidad a una portería de Moisés Muñoz que no había visto peligro en lo que iba del encuentro. América reaccionó con una discreta descolgada de Darwin Quintero y luego con un remate de Darío Benedetto que no llevó nada, más que la percepción de que el encuentro no tendría otro cambio en los cartones en lo que restaba de los primeros 45 minutos.

Poco más que comentar con respecto a la primera mitad y los azulcremas se iban ganando al medio tiempo, en un encuentro que parecía tener una tendencia ligeramente a favor del local pero que, en realidad, había dejado mucho que desear acorde a lo que ambos equipos parecían tener para ofrecer en la previa y que no se había reflejado a lo largo del trámite.

La segunda mitad empezó con dominio del Rebaño, que demostraba estar ávido de empatar cuanto antes. Dos tiros de Raúl López y otro más de Israel Castro, en los primeros 15 minutos, ya daban aviso de que el local quería igualar los cartones, pero aún no eran lo suficientemente peligrosos como para lograrlo. América intentó responder con un remate de Benedetto que incomodó a Michel y luego ya no pudo más. En la siguiente jugada, Guadalajara empataría el partido.

Corría el minuto 63 y Aldo de Nigris, que había ingresado cinco minutos antes, encontraría la llave para emparejar el partido. En una gran jugada individual, en donde recibió el balón entrando al área por derecha, el delantero recortó de manera vistosa a Pablo Aguilar y sacó un durísimo disparo cruzado imposible para Muñoz que, aun logrando desviarlo con el brazo, no pudo evitar que entrara y pusiera el partido parejo de nuevo, vislumbrando que lo mejor estaba por venir.

Desafortunadamente, lo mejor nunca llegó. Guadalajara siguió con el dominio del esférico, pero nunca pudo lograr el peligro suficiente que realmente hiciera pensar en una voltereta. América, por su parte, con discretas apariciones de Michael Arroyo y Benedetto, tampoco daba la impresión de tener la fórmula para volver a ponerse arriba.

El Clásico no terminó por cuajar y, más allá de toda la pasión generada, no cumplió con la expectativa. Chivas y Águilas dividieron unidades y se llevaron un punto que, aunque a los dos les sirve para mantenerse firmes en una de las peleas por liguilla más cerradas en la historia de los torneos cortos, no deja contento a nadie por cómo se desarrolló el encuentro.

Guadalajara se mantiene invicto en su cancha en lo que va del Clausura 2015 y logra quedarse con la punta del campeonato por una semana más, llegando a 26 unidades. América sigue demostrando que jugar de visita no ha sido su fuerte en lo que va del torneo y consigue su cuarto empate en dicha condición que le permite seguir en zona de liguilla, en la séptima posición, con 23 puntos.