Insulso, pasivo; inerte. Cruz Azul se ha olvidado de la grandeza de su escudo y la valía que para cualquier futbolista debe representar el portar la camiseta de uno de los clubes con mayor envergadura en nuestro país. Y es que no es poca cosa, el club cementero se ha caracterizado a lo largo de los años, por ser una institución que suele otrorgar todas las garantías necesarias para encontrar el óptimo rendimiento en cada uno de sus jugadores; hoy, esto esta lejos de ser una realidad.

Refuerzos extranjeros de poca pinta, trabajo táctico que no encuentra la mejor versión de futbolistas que por momentos, lucen oportunistas del juego y me explico. Fabián, aquél que estuvo a punto de irse al futbol alemán, llegó al conjunto celeste para intentar subirse a un barco mundialista del que, desde el reflector que Guadalajara le ofrecía, las tierras mundialistas se encontraban mucho más lejanas, de lo que terminaron siendo; la actualidad dicta que 'Marquito', dejó de encontrar un objetivo y finalidad para regalar  a la Nación Celeste, un poco de su talento... ¿egoísmo?, ustedes decidan.

Y qué decir de aquellos que se encargan de visualizar y planificar el semestre con mayor actividad futbolística para La Máquina en años. La directiva azul tuvo la creencia desde el principio, de mantener un equipo que durante el Clausura 2014 ostentó el liderato general del campeonato; el pequeño detalle que omitieron, fue que Brasil 2014 quedaría atrás y con ello, aquél equipo portentoso, goleador y de conexión con la tribuna, encontraría jugadores lesionados, bajos de juego, ritmo futbolístico y claro... desmotivados; José de Jesús Corona ejemplifica a la perfección lo anterior.

Hasta la mañana de hoy, Cruz Azul ocupa la posición número 15 de la tabla general del Apertura 2014 de la Liga Bancomer MX, y aún cuando restan 24 puntos por disputarse en 8 jornadas más, en el seno azul, la sensación es de contar con la opción latentente por clasificarse a la fatídica fase final del campeonato, esa que torneo tras torneo, ve truncados sueños, ilusiones, esperanzas y alientos; esos que provienen de una afición fiel como pocas, tanto, que hoy le cuesta encontrar el conducto y medio adecuado para manifestarse en contra de lo que la cancha entrega... una afición con ganas de gritar, que no sabe de otra cosa, mas que de alentar.