Impotencia, coraje, desilusión... Una vez más, los seguidores celestes fueron testigos de un capítulo obscuro, triste y gris, en el que Cruz Azul fue el protagonista, en un papel que durante los últimos años, ha dominado a la perfección: el villano.

La Máquina tocó suelo tico con la necesidad de obtener un triunfo que lo mantuviera con vida en la Concachampions, esto luego de los pobres resultados que la escuadra azul, obtuvo en campo propio y que lo llevaron al límite el pasado martes; no pudo ser.

¿Las formas cuentan para Cruz Azul?

En principio, equipos de valor agregado o llamados grandes, apelan e intentan aferrarse a un estilo refrescante, de agrado a la tribuna y sobre todo, que conecte con el aficionado más exigente, sin embargo en La Máquina, eso parece haber quedado atrás. De estilo frío, por no llamarlo gélido, el conjunto celeste se ha visto envuelto en una serie de 'broncas' luego de padecer los estrágos de verse inferior al rival, que exhiben y describen a un equipo que olvidó cómo se hizo grande.

¿Pesadilla?, ustedes decidan.

Cierto, un par de títulos en el tiempo reciente, sirvieron de bálsamo para esos aficionados azules, que acompañan, alientan y sueñan con ver un equipo que entregue la misma dosis de pasión por el juego, que el que se puede observar en las tribunas, cuentas de Twitter o en una simple habitación. ¿En realidad se valora?

Por ahora, la dirigencia del equipo parece estar a la expectativa de un viaje ganado en el terreno de juego, al continente africano, para disputar un Mundial de Clubes que peligra, debido a otro tipo de pesadilla, una de mucho mayor importancia que la que un equipo de futbol pueda generar en sus aficionados. No obstante, para el seguidor de Cruz Azul, el ébola, podría representar una pesadilla menor.