Cruz Azul no se ha caracterizado en los últimos años por una gran producción de futbolistas, han sido pocos los futbolistas criados en La Noria que han llegado a vestir la camiseta de la selección nacional en este siglo (Pérez, Araujo, Aquino, Galindo, Osorio) y muchos menos son los delanteros que han salido de las instalaciones de La Noria, siendo solo Palencia el único que se ha consolidado y Javier Orozco con algunos chispazos.

Y es justamente de Francisco Palencia de quien vamos a hablar.

Palencia desde muy niño comenzó a deslumbrar en las fuerzas básicas de los cementeros, siempre en la misma categoría del Conejo Pérez, ambos iban escalando divisiones y era obvio que los 2 llegarían al primer equipo.

El Niño como era apodado debutó en el año '94 pero fue hasta el '95 cuando se volvió un regular del cuadro cementero disputando 33 encuentros y perforando la red en 8 ocasiones, sin duda se veía que el muchacho tenía modos y la afición cementera estaba encandilada con él.

Formó una excelente dupla con Carlos Hermosillo, dupla que llevó a La Máquina a conseguir el título del Invierno 1997, e incluso cuando El Grandote del Cerro Azul y Juan Reynoso abandonaron el equipo fue Palencia quien tomó el gafete que lo acreditaba como el capitán de la escuadra cementera.

Gran torneo el que se mandó Palencia en la Copa Libertadores de 2001 marcando incluso el gol del empate global en La Bombonera y dejando frio a todo aquel que estaba en ese estadio que no estuviera apoyando al equipo mexicano pero bueno, el final de esa historia ya lo conocemos.

Jugó en España en el Espanyol una temporada a préstamo donde se hizo un futbolista muy querido por la afición periquita pero al final del ciclo no hubo arreglo entre las directivas y Palencia tuvo que regresar en contra de su voluntad a México.

En su segundo paso por Cruz Azul tuvo muchos conflictos con la directiva, algunos compañeros como su gran amigo Oscar Pérez e incluso roces con la afición por lo que se tomó la decisión tras un año de enviarlo a Guadalajara con las Chivas.

Fue un buen futbolista con las Chivas e incluso fue jugador franquicia en la MLS con la filial de los rojiblancos en el país de las barras y las estrellas. Tras esto fue a Pumas donde consiguió 2 títulos más y se convirtió en un ídolo del cuadro azul y oro, retirándose como campeón.

Este sábado regresa al Estadio Azul siendo el D.T. universitario y, por supuesto, no será nada bien recibido por la afición celeste.