Me es imposible no sentir odio hacia el equipo que más rivalidad emerge en cada aficionado del fútbol mexicano. Como aficionado a Cruz Azul es aún más intenso ese pundonor con el que se vive el tan aclamado ‘Clásico Jóven’ cada vez que se encuentran en la cancha.

Si bien no es el momento adecuado para pensar que 'La Máquina' podrá conseguir un buen resultado ante Las Águilas es urgente como hincha celeste un triunfo ante el más odiado rival. Enfrentar al América cada vez es más difícil, desde la previa hasta el silbatazo final, los fantasmas de aquel remate de Moisés Muñóz al minuto 94 en el  Estadio Azteca se revive con una angustia y amargura imposible de explicar, los sentimientos brotan, las burlas se hacen cada vez más rutinarias y los miedos se hacen presentes en cada balón que se disputa. Mi cabeza vuela recordando aquel llanto, aquella esperanza por los suelos y aquel sueño roto que me dejó como un niño cuando pierde su primer juguete. Me es complicado no revivir aquel abrazo desconsolado que me dio mi padre, la rivalidad era dura, el odio se hizo aún más intenso. Aquella noche no fuimos testigos de una de las hazañas más grandes, si no que estuvimos presentes en un asesinato múltiple que liquidó a miles de aficionados celestes. Y desde aquel día no existe otra forma de ver al América en la cancha más que con ese despecho descorazonado que todos los de Sangre Azul seguimos sintiendo.

Las dudas en ambos en equipos son parte de la preparación semanal en este nuevo compromiso. Los resultados inequívocos de Ambriz hacen pensar que el vestidor podría estar más preocupado en otras cosas que en la cancha, aunque en el santuario de los de La Noria las preguntas sin respuesta sobre la continuidad de Tomás Boy son el pan de cada día.

Qué difícil es hablar de fútbol cuando la cabeza no te da para pensar en otra cosa, escribo este texto en una madrugada, pensando en todas las veces que nos han humillado en la cancha y fuera de ella. Me preguntaba por ahí, ¿qué significa para ti cuando Cruz Azul enfrente al América? Me he tardado varias estrofas en encontrar la palabra adecuada. Y no es que no la tenga en la punta de la lengua, es que simplemente me molesta tener que decirla. Para cualquier aficionado a este equipo, enfrentar al América es todo. Si se pierde, tiene que haber cambios. Si se empata, las cosas no están bien.  Y si se gana, se tiene que utilizar esa inercia para apuntalar alto en la tabla.

Finales perdidas, así como ganadas, goleadas en casa, riñas, eliminaciones, no existe escenario más adecuado para vivir uno de los más grandes sentimientos que nos da este deporte. El sábado en la cancha del Estadio Azul se puede disputar un partido más de fútbol para muchos aficionados al balompié mexicano, pero tengan claro algo, tanto para Tomás Boy como para cualquier ser vivo de sangre azul, el sábado, se vivirá una guerra en la que uno de los dos bandos quedará sentenciado.