Un duelo de "hermanos" ya calificados a la Liguilla, entre el Club León y Pachuca, se dio este sábado en el Nou Camp, pero terminó siendo infumable para el espectador, y es que terminó sin goles y con mucho descontento en la grada. Todo pareciera que los conjuntos se guardaron todo para la fase definitiva del torneo.

El encuentro, al menos en su primera mitad, tuvo un solo dominante, que eran los Tuzos. Si bien León había arrancado con un par de acercamientos al área, que no terminaron más que en saque de arco, la visita fue la que tuvo las acciones más importantes.

En una de esas, que fue la más peligrosa, Novaretti apareció salvando en la línea un cabezazo realizado por Jara, en una doble acción que había dejado fuera de posición a Yarbrough. La Fiera se había salvado pasada la media hora de juego, corría más peligro su marco y no generaba tanto como para tener posibilidades de abrir el marcador.

Pachuca por su lado, controló el trámite hasta el descanso, aunque tuvo que hacer un cambio obligado ante una posible lesión del ‘Conejo’ Pérez, quien cedió su lugar a Alfonso Blanco. Así se fueron al vestidor, con un ‘par de roscas’ en la pizarra, tras haber tenido unos 45 minutos de mucha disputa, sin tanto espectáculo.

Para el complemento, pareció cambiar la situación, puesto que al 46’, Guillermo Burdisso se levantó en un tiro de esquina para meter un remate potente y bastante picado que no alcanzó a atajar Blanco, pero que terminó estrellándose en el travesaño, en lo que fue la primera acción que levantó a la afición local de sus lugares.

Después de dicha acción, en donde el cuadro de Tena se quedó cerca de hacer el primero, el encuentro volvió a su misma sintonía: sin llegadas, sin espectáculo y con bastantes cortes de jugadas; algo que evidentemente disgustaba al aficionado al no ser un trámite atractivo.

Ligeros, pero muy ligeros intentos de Pachuca se podían percibir, éstos terminados en las manos de William o en las tribunas.  Sobre la recta final, los Esmeraldas quisieron meter presión jugando al contragolpe, al menos teniendo un poco más la pelota, lo que propició una aparición de Boselli, quien remató apenas por un costado del arco un centro picado que había metido Elías.

Como acto seguido, y como muestra de la intensidad que había, Novaretti y Nahuelpan –recién ingresado- tuvieron un duro choque de cabezas que provocó la detención del juego. Inmediatamente después, el silbante decretó el final del duelo de “hermanos” que se guardaron todo y empataron a cero, ya con la calificación a Liguilla amarrada.

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Ezequiel Gasca
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