Monarcas saltó a la cancha del Estadio Morelos, arropado por la poca afición que se dio cita para ver su debut en la Copa MX, donde ya se ostenta como campeón, mientras Necaxa, después de ya varios torneos en el Ascenso MX, también logró reunir a una pequeña cantidad de fanáticos, herederos de la vieja guardia de los 90's y 80's.

El ataque hidrocálido puso en aprietos a los locales que en muchas ocasiones sufrieron gracias a la velocidad y precisión de golpeo de los hidros, pero Morelia supo responder con una multitud de embates, comandados por un veloz Marín Alaníz que por fin hizo su debut con el primer equipo.

Mientras los 11 miembros de la hinchada eléctrica veían expectantes a su equipo desde la zona de porra visitante, la 'Lokura 81' festejaba el primer tanto de Monarcas alzando al aire sus puños en señal de lucha, esta llegaría al terreno de juego, pero de una forma muy ríspida ya que en dos ocasiones estuvo a punto de estallar la bronca entre los jugadores.

Lamentablemente para el público, el juego se fue del ensueño al sueño a tal grado que tomarse selfies o coquetear con las inalcanzables y bellas edecanes se convirtió en el pasatiempo del fanático que al terminar los noventa minutos se llevó a casa, un empate con sabor a duda, la foto con el Morelos de fondo y, los más afortunados, pudieron ganarle a los niños la playera del jugador favorito.