¿Hasta dónde está inmerso Álvaro Dávila con Monarcas Morelia? Por lo que declaró en su última aparición queda claro que solo sabe lo que le cuentan, lo que lee en los medios y lo que escucha entre pláticas casuales, porque lo que habló no tiene coherencia con lo que ha sido el equipo en los últimos meses.

Monarcas está estancado, una situación que no es reciente sino de varios años. Lleva mucho tiempo en el “ya merito”, siendo un equipo que constantemente se encuentra en liguilla, convirtiéndose en el coco de muchos clubes pero cayendo en el momento decisivo.

Ahora la directiva en voz de Álvaro Dávila (porque queda claro que Campos y Boy son solo la voz de él dentro del club) sale a declarar con una clara molestia que el proyecto va bien, aceptan que se han equivocado pero piden no encender los focos rojos, cuando esos están encendidos desde hace tiempo.

Si el señor Dávila no sabe por qué el club no marcha como él y varios más esperan, es porque ya olvidó que Atlas desmanteló a Monarcas Morelia, aprovechando ese convenio de la multipropiedad para adquirir con facilidad a elementos que ya eran fundamentales en Morelia (Aldo Leao, Enrique Pérez y Federico Vilar).

Las situaciones de Montero y Mancilla son diferentes. Pero sí tú equipo se encuentra a la mitad, es claro que lo que necesitas es mejorar y no intentar comenzar de cero (entiéndase el proyecto de la cantera y la llegada de jugadores nuevos en el fútbol mexicano). La apuesta por la cantera se aplaude, pero está claro que no hubo una planeación previa.

LAS DECISIONES QUE HAN COSTADO CARO

Dejemos atrás la salida de Pérez y Vilar y comencemos a evaluar a la directiva desde el cese de Carlos Bustos, el cual fue el primer gran error pues el argentino ya conocía al club, al cual hizo campeón de la Copa MX y lo hizo llegar hasta la fase previa de la Libertadores. Cuando ya había armado al equipo, se les acabó la paciencia en cuestión de semanas y fue cesado.

Ahí comenzó esa pequeña bola de nieve que poco a poco se fue haciendo más grande. Aumentó de tamaño con la llegada de Eduardo de la Torre, alguien que no conocía al equipo, a la ciudad y mucho menos llenaba el perfil necesario. El error se hizo más grande aun cuando el Yayo fue uno de los principales responsables que el equipo quedará eliminado en Libertadores.

Después se dio una decisión todavía peor. La llegada de Ángel David Comizzo se tomó en base al descontento de la afición y no se realizó un análisis real del argentino, quien ya tenía malos números en México con su breve etapa en Querétaro.

La decisión de Ángel David fue más un golpe mediático que atrajo a la afición, pero con él se acabó la invitación consecutiva a las liguillas. Si desde un principio se tenía la idea de trabajar con jóvenes, queda claro que Comizzo era el menos indicado para dirigir un proyecto así. Al final el tiempo acomodó a cada quien en su lugar.

DÁVILA Y SU REPARTICIÓN DE CULPAS

Es más fácil repartir culpas que aceptar las propias. Dávila no se detuvo en culpar a dos partes que no tienen ni la mitad de la responsabilidad. Si Álvaro llevara tanto tiempo en el puesto dedicado a ver por Monarcas, debería saber que la gente siempre responde a las malas decisiones. Más aún, debería saber que el horario que su propia empresa le fijó a su equipo ha perjudicado más que beneficiado.

La prensa no es culpable, esa parte se dedica a informar y decir las cosas como son, porque es su trabajo. La afición ha ido a la baja en su presencia en el Morelos desde el nuevo horario y si a eso le sumamos el reciente rendimiento, es claro que el promedio de entradas será bajo.

Pero parece que Dávila no tiene nada de esto en cuenta. Él tiene bien definidos sus planes, proyectos, los cuales son respaldados por su directiva que paga en el actual torneo las malas decisiones del anterior.

Es cierto que puede ser una mala racha, es cierto también que si Monarcas mejora su rendimiento con la mitad del torneo enfrente puede meterse a la liguilla. Pero también es cierto que las recientes decisiones no generan confianza. Porque se dio un paso atrás en lugar de darlo hacía adelante.

A MANTENER

Si ya se apostó por los jóvenes hay que seguir por el camino. Pero hay que mejorar esa decisión, hay que trabajar por contar con un plantel definido, sólido, con un técnico que sepa trabajar con jóvenes y con una directiva que acepte los señalamientos y no salga a culpar a otros cuando las cosas van mal.

Se necesita coherencia en Monarcas, que una decisión fundamente a otra y que el equipo comprenda totalmente el nuevo proyecto. Una apuesta así dará resultados a largo plazo, ahí le corresponde a la afición también compresión y paciencia.

Se requerirá mucha paciencia para esperar que la reestructuración generé cambios positivos, pero también queda claro que la directiva necesita trabajar primero en mejorar sus decisiones y aceptar sus errores, para después poder mejorar. Actualmente, la voz que dirige al club se encuentra molesta y le es más fácil repartir culpas que aceptar las propias.