El 12 de octubre de 1916 nació un club que al día de hoy se ha convertido en uno de los equipos más amados y odiados del futbol mexicano, el América. Casi cuatro décadas después, el 4 de junio de 1950, nació otro club, uno quizá más humilde y menos ganador, pero con un gran corazón, el Morelia.

Si la historia fuera justa, si los hombres fueran perfectos, si las ambiciones se midieran por el corazón y empeño que se le pone al juego, quizá si ese mundo existiera, Morelia y América sólo compartirían la anécdota de haber tenido el mismo apodo durante un tiempo.  

Foto: anotandofutbol

Pero la historia no es justa y los hombres cometemos errores, algunos para bien, otros para mal, algunos con intención y otros por nuestra pura naturaleza humana; de esta forma en el juego donde rueda el corazón del mundo, el futbol, ha habido algunos “errorcillos” o “ayuditas” que hacen de la historia entre América y Monarcas algo para recordarse en su centenario.

El par de ‘Canarios’.

Desde que se fundó el Club América ha tenido un sinfín de apodos: Estudiantes, Millonetas, Azulcremas, Águilas. Pero hay uno que durante mucho tiempo caracterizó de forma positiva al club antes de su actual mote, el de ‘Canarios’.   

Si remontamos al pasado, el apodo de ‘Estudiantes’ nació debido a su origen académico, pero después dejó de quedarle debido que poco a poco el club se alejó de este plano. Luego de una etapa de crisis económica el cuadro de Coapa encontró alojo en un dueño que tenía la capacidad de solventar con dinero las carencias de su equipo, de ahí el apodo de ‘Millonetas’.

Foto: clubamericanista
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Pero este último no agradaba para nada a las altas esferas del equipo, sobre todo en aquella época en el que en el honor de un hombre o club valía más que su capacidad para comprar lo que sea que se le pase por enfrente.

De ahí que se recurriera a refugiarse en el apodo en torno a la indumentaria, el de ‘Canarios’ o ‘Cremas’, pero en la jerga futbolera de México el adjetivo cremoso, antes o después del América quizá, tiene una significación un tanto negativa; por lo que en las épocas previas a los 80’s el cuadro capitalino se conoció como los ‘Canarios’ del América.

Como ya se habrán dado cuenta, en los 80’s las cosas cambiaron para América y es que su dueño, quien quería convertirlo en un producto de consumo en el entretenimiento internacional, buscó darle una imagen a su altura y cómo una pequeña ave de jaula se podía comparar con el apodo del poderoso, ‘Tigre’ Azcárraga.

Foto: clubamericanista

De esta forma se pensó en cambiar el mote por uno de un animal poderoso, emblemático, que causara una imaginación de grandeza y elegancia al momento de oírse, de ahí se pensó en otra ave, el Águila. 

"Aquella imagen que se había creado hace muchos años, que desconocemos muchas veces los orígenes con el muñequito con un sombrerito de copa, los Millonetas, era un tema que le molestaba mucho a Emilio, no le agradaba. La misma gente, los cronistas, la prensa, por el uniforme amarillo, les empezó a decir los canarios. Existían los canarios del Morelia, pero Emilio decía mucho: 'El canario ¿qué te dice?, es un animalito chiquito, tiernito, ¿a quién asusta? Desde la imagen hay que aparentar lo que vamos a hacer", explicó en aquella ocasión Gonzalo Carbajal, quien fuera directivo del América.

Efectivamente, el 20 de septiembre de 1981 el América estrenó su nuevo apodo, irónicamente en ese año, regresó a primera división el otro canario, el de Morelia. Hasta el 3 de enero del 82, ‘Águilas’ y ‘Canarios’ se verían las caras por primera vez, empatando a cero goles, para el 29 de abril los de Coapa pagarían la visita y de nuevo terminarían sin goles.

Foto: La Voz

Un apodo no cambia nada, fue lo que dejó en claro el cuadro michoacano, que con carencias y todo no se dejó vencer ante el “poderoso” equipo de las ‘Águilas’. Muy por el contrario, Morelia no cambió su apodo, este era un equipo del pueblo y para él, ellos le daban su identidad, ellos le daban su nombre, su amor, su apodo y eran ellos los que decidían como llamarle y no un grupo de empresarios.

Morelia dejó en claro que no era un producto, contrario a los ideales de identidad creada de América los ‘Canarios’ un grupo cuya identidad nacía de sus jugadores, su entrenador, su propia gente, un equipo con carácter y personalidad propia, un equipo tan romántico, como esa ave enjaulada que muere de amor o canta con la belleza de una hermosa mujer lo alimenta.

“En el Venustiano ya no cabía la gente (…) siempre dieron la pauta (equipo y directivos) para que la gente se metiera cada día más con el equipo”, declaró hace poco  Antonio la ‘Tota’ Carbajal.

Foto: La Voz
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De esta manera, mientras Morelia adoptaba el amor por la camiseta y la identidad que le había dado su propia gente, América desechaba un apodo por no resultar rentable y apropiado para su identidad, separando los caminos de Coapa y Morelia hasta el Invierno 99.  

El ‘Clásico del periférico’.

Hasta 1999 la identidad de América y Morelia eran muy diferentes, mientras el cuadro capitalino buscaba posicionarse, y lo hacía, como una especie de producto televisivo a nivel internacional incluso, Monarcas se colocaba entre su gente con amor y cariño, allá, lejanos de la globalización que estaba tan cerca.

Pero en 1999, unos años después de la venta de Morelia a TV Azteca, cambiarían su nombre y objetivo, ahora, al igual que al América, TV Azteca reinventaba a un tal Monarcas Morelia, su llave de entrada al mercado nacional y norteamericana, donde la crisis de migración ha llevado a muchos michoacanos, y ellos le llevarían al equipo de sus amores.  

Foto: Twitter
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Ahora como Monarcas Morelia y bajo la tutela de Azteca, nació otra rivalidad entre Morelia y América, la lucha de las televisoras o el apodado ‘Clásico del periférico’, que hace referencias a la ubicación de las empresas.  

Televisa y TV Azteca se peleaban el país no sólo en el plano televisivo, ahora también en la cancha, y aquel primer duelo lo ganó el Morelia y Azteca, con todas las de la ley, un partido que se dio en el Verano 97.

Con la estructuración de los torneos cortos, Monarcas comenzó a levantar en la porcentual y luchar por algo más que la permanencia, situación que se hizo costumbre en aquellos primeros años de los 90’s.

En el invierno 96 la fase de grupos no fue piadosa con los morelianos que terminaron últimos del grupo B, pero para el Verano 97 las cosas fueron diferencias y terminaron con la oportunidad de pelear un lugar de liguilla con Tecos.

Foto: TD
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Las cosas no eran fáciles, Monarcas tenía la labor de imponerse ante unos ‘Tecos’ que ya habían dado cuenta de ellos, además, de avanzar, tendría que derrotar a un América que en todo el torneo había perdido apenas dos juegos.

Para la parcialidad águila las cosas pintaban de maravilla, algunos pensaron que Morelia sería un flan sin problemas para su equipo, sobre todo cuando en la ida del repechaje perdieron por 2-0 en Guadalajara.

Pero la vuelta en el Morelos sería muy diferente, la parcialidad moreliana se salió afónica del recinto del Quinceo, no sólo por la celebración de tanto gol, sino porque veían la esperanza de derrotar al América y ver campeón a su equipo.

El calendario no fue clemente con los michoacanos, apenas tres días después del último juego de repechaje tuvieron que recibir a los de Coapa, descansados, listos y poderosos para sacarle la victoria a los de la empresa rival, pero el partido fue muy diferente, Morelia aguantó y atacó, y cuando todos pensaban que se había acabado, al 88’, Jafet Soto metió una asistencia a Mario Juárez para terminar la ida 1-0 a su favor.

Foto: anotandofutbol
Foto: anotandofutbol

Para la vuelta la afición de América llegó de nuevo confiada en que los de Coapa remontarían, y eso lo dejó en claro Luis García, quien apenas con 18’ en el partido, empató el marcador global a un tanto.

Pero la realidad sería otra, cuando expiraba el último aliento del primer lapso, ‘Claudinho’ se encontró un gol que le daría de nuevo la ventaja a Monarcas, la afición crema no dudó en que los locales se levantaría, pero al 68’ Jafet Soto puso el 1-3 global y el propio Juárez culminó la obra al 75’, 1-4, el América, aquel poderoso cuadro que había perdido sólo dos juegos, era eliminado por el humilde Morelia, en su casa y por goleada.

La dolorosa derrota de América a manos de Morelia, fue algo que pesó mucho en la cúpula crema, pero de inmediato se buscó minimizarla, estrategia que han empleado siempre, llevando el ‘Clásico del periférico’ al extremo de lo ridículo, donde incluso los jugadores afirman que contra Morelia se juega un partido más.

Foto: América Monumental

Para mí los únicos clásicos son contra Cruz Azul, Pumas y Chivas”, comentó Diego Reyes previo al clásico en el 2012.

Clásico o no, cuando Morelia juega contra el América en la cancha se respira un odio deportivo, un coraje y una entrega diferente, porque los fieles a los pies del ‘Coloso del Quinceo’ no olvida y heredaron aquella rivalidad de sus abuelos del Venustiano Carranza, aquellos que vieron aquel “error” de la semifinal del 88.

El mayor “regalito” para el Centenario.   

El  domingo 26 de junio de 1988 85 mil aficionados se dieron cita en el Azteca para ver la semifinal de vuelta entre ‘Águilas’ y ‘Canarios’, la ida se había puesto 2-2 y la vuelta terminaría con el mismo marcador, 2-2, teniendo como criterio de desempate el gol de visitante, el silbante vio un claro empate y decretó los tiempos extras.

En la prorroga Ricardo Campos podría en ventaja a los michoacanos, que creyeron que tenían el pase en la bolsa, pues el gol de visitante les daba el pase, pero Tena decretó el empate en tiempos extra y comenzó la polémica.

Al término de los tiempos extra se silbó el final del juego, dando el pase a Monarcas, pero aquellas épocas no eran como ahora, la oscuridad de los reglamentos y el poderío del América hizo que Miguel Ángel Salas pasara a la historia como un silbante que regresó al equipo de los vestidores.

Fue doloroso cuando el América nos ganó aquel partido que ya había dado por terminado”, declaró en entrevista el entonces técnico de Morelia, la ‘Tota’ Carbajal.

Foto: anotandofutbol
Foto: anotandofutbol

El histórico entrenador de Morelia recuerda con amargura cómo sus jugadores incluso pensaban que viajarían a los Estados Unidos para jugar la Copa de Campeones de la CONCACAF, mientras él, como era su costumbre, se quedaba en el terreno de juego, al final, hasta el último momento, como dicta la ley del balón.

La ‘Tota’ recuerda cómo sus jugadores estaban en los vestidores, ya comiendo, descansando, como campeones, mientras afuera los camiones de aficionados michoacanos, llevados por la directiva y el gobierno del Estado, esperaban a su equipo, pero en la cancha, América, que se había mantenido sin perder el ritmo, esperaba junto con el silbante a Morelia, pues Ángel Salas decretó que se debían de tirar los penales, ya que en tiempos extra no valía el gol de visitante.

Carbajal recuerda que algunos de sus jugadores y los aficionados les pedían que no salieran, Morelia había ganado con todas las de la ley, error o no, el silbante había decretado a los ‘Canarios’ como campeones y si se quería resolver el partido, se pudieron haber ido a un tercer juego donde se estuviera en igualdad de circunstancias, nada atípico en aquellas épocas.

Foto: jorgealcarazb
Foto: jorgealcarazb

La ‘Tota’ cuenta que sabía que sus muchachos no estaban para ganar en penales, ya muchos estaban acalambrados, dolidos, lesionados por el esfuerzo, pero afirma que al vestidor se presentó el entonces gobernador de Michoacán, Luis Martínez Villicaña, quien muy ilusionado le dijo a Carbajal, “¿Verdad que vamos a ganar?”, el apoyo que había tenido de este y la ilusión que veía en el mandatario fue lo que los hizo tirar los injustos penales.

A la postre América avanzó a la final y la ganó, colocándose su séptima estrella, la penúltima de uno de las épocas más gloriosas que se manchó con una ayuda arbitral que tiempo después reconocería Alfredo Tena, quien junto con el técnico fue los que más peleó por que se tiraran los penales.

Eran otros tiempos, otras formas en que se manejaba el fútbol mexicano en aquel entonces. El América tenía cierta influencia que creo ha ido perdiendo porque ya hay más dueños involucrados. Aun así me parece que fue lo más justo pues si bien el Morelia había hecho una buena serie, nosotros fuimos superiores en los dos partidos”, declaró después Tena en su etapa como técnico de Monarcas, luego de que se cuestionara por Raúl Orvañanos.

Así, sin aquella “decisión arbitral” quizá América no sería el más ganador de México, como lo es ahora, quizá hubiera sido el fin de la era dorada de las ‘Águilas’, quizá en este momento Monarcas tendría más de un título, ¿quién sabe?, lo cierto es que aquel fue un regalo de Centenario adelantado.

Ya han pasado 34 años, ha se han acumulado muchos encuentros, ya se han dado muchas revanchas, ya se han inaugurado estadios, se han caído, han nacido ídolos color canarios y se han pintado de crema, han pasado tiempo del nacimiento de Morelia, ha pasado un siglo del primer juego de América, han separado caminos, se han juntado, se han olvidado nombres, se han creado otros, se ha movido la tierra, se ha detenido por segundos... cuando el esférico cruza lentamente la línea de cal, botando, coqueteando con el gol y se ha salido, o ha entrado, ha pasado mucho, los cierto es que han pasado cosas que en su centenario no debe de olvidar América y una de ellas se llama Morelia.    

Seguro que habrá muchas historias que contar, pero esas las contaremos... quizá en 34 años, claro, si seguimos aquí o mejor dicho, si ellos siguen aquí...

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