El ambiente se percibía distinto, y si bien este año el Estadio Victoria ya había atestiguado varios llenos, el del sábado tenía un toque diferente. Y es que tras un lustro deambulando en la división de plata, siempre siendo protagonista en una categoría que no le correspondía y que le sentaba incómoda, ganando torneos, pero perdiendo dos finales por el ascenso, el Necaxa por fin volvía a primera división. Horas antes del encuentro, las inmediaciones del complejo deportivo en Aguascalientes lucían pletóricas y llenas de vida. Y es que la afición jamás se equivoca; sabe cuándo se presenciarán momentos especiales en el fútbol.

La afición acude al llamado de Primera | Foto: Diego Topete
La afición acude al llamado de Primera | Foto: Diego Topete

El ambiente en las gradas reflejaba el vivido afuera del Estadio, un ambiente una vez más diferente. El fervor y la emoción de los aficionados locales que habían vuelto al lugar que nunca debieron dejar y los visitantes recordando la última vez que estuvieron ahí, en otro lleno. Cruz Azul se llevó una amarga derrota, al igual que la sufrió a manos del mismo Necaxa este mismo año en Copa. Cruz Azul venía herido, con ánimos de cobrarse sus últimos cotejos.

Pletórico el Estadio Victoria | Foto: Diego Blanco
Pletórico el Estadio Victoria | Foto: Diego Blanco

Tras largos minutos de espera, el partido comenzó, como comienzan casi todos los torneos: con el mediocampo como principal protagonista. Refuerzos que aún están en proceso de adaptación y otros cuantos que no han tenido la pretemporada necesaria, como Francisco Silva, que no jugó ni la mitad de la primera parte.

Aproximaciones tímidas y muy esporádicas se veían en ambas áreas con porteros de primer nivel en los primeros cuarenta y cinco minutos.

Todos expectantes al tiro de esquina | Foto: Leonardo Aguilar
Todos expectantes al tiro de esquina | Foto: Leonardo Aguilar

Para la segunda parte, el juego se abrió un poco, pero las imprecisiones estuvieron a la orden del día. Claudio Riaño falló dos imperdibles frente a José de Jesús Corona, mientras que Cruz Azul, en la más peligrosa que tuvo, Joffre Guerrón terminó estorbando al canterano Victor Zúñiga tras cabezazo que Marcelo Barovero recibió estando prácticamente muerto el balón. Uno de los verdugos de la selección mexicana en Pasadena, Edson Puch, ingresó y tuvo su oportunidad de abrir el marcador, pero mandó su disparo por encima de la meta celeste.

Los últimos diez minutos, ambos planteles deambularían por la cancha, pactando cada quien llevarse un punto para su causa. Si bien, se puede hablar de que fue un partido un tanto desangelado por lo mostrado en el terreno de juego, aun así, fue diferente, porque vaya que hacía tiempo que en el Estadio Victoria no se vivía esa sensación que solo la Liga MX puede brindar.