Atrás había quedado su época dorada. Casi tan lejano como ese grito al unísono "con el número 18, Francisco Acuña" que resonaba cada dos semanas en el Volcán durante el Apertura 2010. 

Pareciera que a partir del Clausura 2011 el futbol se había olvidado de Francisco Acuña. Con la llegada de Danilinho al equipo felino, la estela del talentoso mediocampista comenzó a esfumarse hasta que la salida del equipo donde se formó fue inminente.

Un préstamo encaminó su destino a San Luis Potosí donde apenas acumuló 280 minutos en el Clausura 2013, el último torneo de la escuadra potosina en el máximo circuito del balompié azteca.

La carrera del Jicama, su apodo de la niñez, tocó fondo en el Apertura 2014. Su traspaso a Monarcas Morelia representó su peor cifra de minutos: 59' en 18 encuentros.

¿Qué había pasado con el avispado volante que maravillaba al medio nacional a los 22 años cuando vestía la camiseta de Tigres en el 2010? 

* * * *

De las maletas de Acuña colgaban unas etiquetas que marcaban "Puebla" como destino para el verano de este año. El sonorense estaba incluido en el paquete de diez refuerzos que Rubén Omar Romano presentó de cara al Apertura 2014.

Sin embargo, el guión para Acuña no era diferente. El técnico argentino no vio las cualidades que necesitaba: ni un minuto en Liga MX y esporádicas oportunidades en la Copa MX. 

Empero, el arribo de José Luis Sánchez Solá representó una nueva oportunidad para Acuña.

* * * *

El utilero del Puebla se mostró extrañado al acomodar el jersey #15 en uno de los 11 cubículos del vestidor, pero así lo indicaba el pizarrón de José Luis Sánchez Solá.

Con los botines amarrados y una disposición bárbara, Francisco Acuña arrancó el encuentro como volante por la pradera derecha. 

Aceleraba, perseguía, acosaba, movía las manos y metía la pierna, pero no era suficiente. Morelia se había aprovechado de un lapsus brutus de la zaga poblana y en un minuto el marcador era 2-1. Para la segunda parte, el ímpetu local no decayó y la Franja cosecharía lo que venía sembrando. 

Tras una genialidad de Cuauhtémoc, Acuña ingresó al área y disparó con la decisión de un hombre que no influía en el marcador desde hace más de tres años, el balón se coló a las redes para empatar el luminoso. 

Cuatro minutos después, nuevamente Cuauhtémoc abrió para Acuña, que corrió hasta línea final y con un suave toque asistió a Wilberto Cosme. Mientras los lentes apuntaban obsesionadas y disparaban al protagonista del gol, el #15 apuntaba a Chelis en muestra de agradecimiendo a su fe en él.

Dicen que cuando pierdes una oportunidad ganas una lección y Francisco Javier entendió, por los golpes de la vida, que hay que beber de la fuente cuando tenga agua, no cuando se tenga sed. 

VAVEL Logo
Sobre el autor
Alan Núñez
Mexicano de nacimiento, poblano de corazón. Director General de VAVEL México. | The Big Apple. Editor-in-Chief of VAVEL USA.