Han transcurrido 7 años, 10 meses y 25 días desde que Puebla jugó su última final. Aquel partido ante Dorados, disputado en el Estadio Cuauhtémoc, marcó el ascenso de la Franja a la Primera División.

Dos mil ochocientos ochenta y seis días después, volverá a disputarse un trofeo en la capital poblana aderezado por un marco surrealista: el retiro de Cuauhtémoc Blanco, un Puebla que pone en manos de UDG su continuidad en la Liga MX, y, un rival jalisciense que resurgió de las cenizas y atraviesa un momento pleno.

Hasta pronto, ’10’

Será en la grama del Estadio Olímpico de la BUAP donde uno de los iconos del fútbol mexicano juegue sus últimos noventa minutos. Cuauhtémoc Blanco recibió la confianza del Profe Cruz en el último partido liguero contra Atlas siendo titular y, en esta ocasión, también comenzará de inicio en su última final como futbolista profesional.

A decir del interescuadras de este lunes, será Blanco quien acompañe a Hérculez Gómez en el eje de ataque del Puebla.

Metamorfosis rojiblanca

De la mano de José Manuel de la Torre, el Rebaño Sagrado ha evolucionado. Aquel equipo maltrecho y arlequín de la Liga MX cambió de careta en menos de cuatro meses hasta convertirse en el rival a batir. Disciplina, seriedad y arrojo son algunos de los adjetivos que el Chepo se encargó de imprimir en el ADN de los jugadores que decidió representarían a la institución rojiblanca en un momento tan crítico.

Desde las oficinas del Omnilife, Jorge Vergara se encuentra a un partido de agregar un trofeo más a su palmarés como directivo.

Expectativa en la tribuna

Cualquier final que involucre a 22 personas detrás de un balón genera expectativa, demanda y sobre todo, dinero. Y ésta no será la excepción. El boletaje del inmueble universitario ha corrido como pólvora sin importar los altos precios por butaca.

La afición local desea tener en la Copa MX un consuelo en caso de que la aritmética favorezca a Leones Negros, mientras que la popularidad del Club Deportivo Guadalajara no es ajena en la Heroica Puebla de Zaragoza.

Un marco tan surrealista como inmejorable. Que ruede la pelota.

Jugadores a seguir

Desde que De la Torre desembarcó en el navío chiva, Omar Bravo se transformó en un verdadero líder. Atrás quedaron sus reproches infantiles durante los partidos; hoy por hoy es el emblema del superlíder de la Liga. Un delantero que supo manejar la crisis para capitalizarla en un cambio de rumbo.

Hay hombres que nacen para el espectáculo, que se agrandan ante las adversidades y que, por encima de todo, disfrutan ser el centro de atención. Cuauhtémoc Blanco es la viva representación de este tipo de personajes y promete hacer de esta final un capítulo más en la exquisita historia del balompié azteca.

Alineaciones probables