Tras una racha de cuatro juegos sin conocer lo que era ganar, Puebla por fin pudo hacerse de un resultado victorioso, en cancha de Jaguares. Más allá de lo positivo de haber logrado el triunfo, se puede resaltar el hecho de haber logrado quitar esa malaria que evitaba que los Camoteros triunfaran, aun cuando parecían tener los elementos necesarios para lograrlos en los partidos previos.

El equipo, al menos en algunos lapsos de esos encuentros pasados donde no se pudo hacer de los tres puntos, dio muestras de capacidad, pero no sabía cómo lograr transformarlas en resultados óptimos; le faltaba el toque de calidad. Y con Chiapas todo salió bien; portería imbatida, solidez defensiva, variantes en el mediocampo, asistencias, anotaciones por parte del goleador, cambios que funcionaron… Un colectivo dominante, para resumir cuentas.

Valiosa victoria para incrementar la confianza en Valiño

Puebla al fin pudo imponerse en el resultado y los créditos de Ricardo Valiño tendrán que crecer a partir de ahora. El DT, de a poco, está mostrando su genuina capacidad para dirigir a un equipo en Primera División. No obstante, cuando lo interesante de los planteamientos no va acompañado con los resultados que se esperan (sobre todo con un equipo que lejos está aún de librarse por completo del problema del cociente y en una competencia tan corta) es bien sabido que los procesos pueden ser truncados tajantemente. Por lo mismo, gran parte de la valía de haber obtenido la victoria en Chiapas, radica en ello; en darle un respiro a un estratega que parece tener facultades, pero que ponía en riesgo su trabajo, al no contar con los puntos necesarios para mantener solvencia en un equipo.

El juego ante Chiapas

Cuando se gana con tal impotencia en el campo, lo que se diga, para bien o para mal, puede resultar insulso. De antemano, costaría trabajo pensar que algo se hizo mal (aunque claro está que todo es perfectible); de la misma forma, exponenciar lo que se hizo bien tampoco resulta óptimo, pues el éxtasis del resultado puede hacer que se exagere la percepción positiva.

Luego entonces, para mantener la mayor objetividad posible en el caso, podemos decir que Puebla cumplió, tuvo mucho mérito en golear de visita y logró satisfacer a su afición en su mejor actuación en el campo hasta ahora, a manera de recuperar su confianza, misma que será indispensable para hacerla volver a las tribunas.

Entonces, quedémonos con que ya merecía Puebla ganar dejando su puerta en ceros, ya merecía la defensa una revancha tras algunos errores puntuales del pasado que costaron goles, ya merecían jugadores en particular su presencia en la estadística –con goles o asistencias– y, primordialmente, ya merecía Puebla quitarse esa mala suerte que no le había permitido conseguir lo que, hasta el momento, parecía merecer.

Factible ganarle a Toluca

Lo que por tantos años fue una losa muy pesada para Puebla, como lo era que Toluca visitara su cancha, parece haber quedado en el pasado. Después de una dominancia total por parte de los Diablos Rojos por un buen lapso de la historia de los torneos cortos, en donde era verdaderamente un calvario sacarles puntos (aunque en el Estado de México sigue siendo muy difícil, pero ya será tema a discutir cuando se vuelvan a enfrentar allá), ahora parece ser más factible.

En un tema similar al de los Camoteros, Toluca cuenta con DT novato en la Liga MX, como lo es su histórico portero Hernán Cristante. No obstante, contrastando con el hasta ahora aceptable trabajo de Valiño, al toluqueño le está costando trabajo fincarse en el banquillo y su equipo no ha mostrado mucho, al grado de ser un equipo con una victoria, lejos de aquellas versiones tan respetables que acostumbra a tener.

Puebla parece haber iniciado con mucha más claridad el torneo y, hoy en día, ha demostrado mejor desempeño que Toluca. Ahora, ya pasando el primer tercio del campeonato, sería momento de que el equipo demostrara que sí tiene con qué pelear por los puestos altos y tiene una excelente oportunidad de entrar entre los ocho primeros ganando el domingo en casa; la victoria es factible y es obligatoria. No ganar, implicaría un retroceso y haría volver esa frustración del pasado inmediato que dejó sinsabores al mantener baja la cuota de puntos en casa. Claro, Puebla sigue invicto en casa, pero con dos empates en tres juegos, no deja satisfecho a nadie aún.

Pinta complejo el domingo en materia de asistencia; el ‘boom’ beisbolero que aqueja la ciudad, consecuencia del gran desempeño del vecino de al lado, hace pensar que la prioridad del aficionado al deporte, esta semana no estará en el Cuauhtémoc. Aun así, esperancémonos con una mejor entrada, motivada por esa victoria contra Chiapas. Es momento de regresar. Esperemos que así sea.

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