El 2014 fue un año lleno de cambios, de momentos trascendentes y, algunos, justo lo contrario; dio la sensación de ser un año largo y ataviado de diversos vericuetos imprevistos; cosas buenas y malas, implícitas en darle la vuelta al Sol desde la Tierra, en la efímera y minúscula vida humana en relación al Universo.

En el ámbito deportivo, diversas entidades dedicadas al entretenimiento vivieron momentos especiales y otros que quisieran enterrar en el olvido. En lo particular, para los Pumas de la UNAM, el año 2014 significó una convulsión total en sus adentros, la institución vivió momentos vertiginosos y de cambio (técnicos, directivos y jugadores).

El Club Universidad empezó el año con dudas, malas actuaciones y cuestionamientos para quienes eran entonces partes medulares de su funcionamiento y personajes en el centro de atención del público y los medios; para terminar devolviéndole una esperanza de triunfo a su afición.

El Arranque

Al inicio del Clausura 2014, los Pumas de la UNAM llegaban con José Luis Trejo como Director Técnico, quien se había logrado ratificar en el puesto pese a haber concluido en el último lugar de la tabla general en el torneo anterior (Ap. 2013) y ante la incredulidad de la afición que no terminaba de aceptar al estratega, y jamás lo haría.

Foto: Agencias

Simultáneamente, en la Dirección Deportiva del equipo llegaba Mario Trejo como vicepresidente de esa área, precedido por una buena reputación ganada en la primera etapa en la que se desempeñó en el Club (campeones de Cl. 2009 y Cl. 2011), pero con las dudas heredadas de las administraciones anteriores en su puesto y los resultados que no acompañaban a un proyecto (ya entonces de reestructuración) que él encabezaba.

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A la cabeza de la institución deportiva, el Ing. Jorge Borja Navarrete llegaba también con las dudas propias de los resultados, y con el calendario al frente que marcaba una posible reelección o relevo ante la junta a realizarse por el Patronato del Club. Contando con el apoyo del Rector Narro Robles, Borja buscaba la reelección, para lo cual los resultados deportivos (que se presentaban totalmente adversos) eran indispensables.

El Primer Torneo

Las turbulencias no se hicieron esperar: El equipo empezó mal el certamen con 1 empate ante Puebla y 2 derrotas consecutivas, ante Querétaro y Toluca, para maquillar medianamente el paso al ganar en la Jornada 4 ante los Tigres de la UANL.

En el transcurso de ese Torneo la Institución vivió angustias públicas y también muy privadas, en sus entrañas, crisis que amenazaban con detonarse y otras que pasban al ojo público como parte del telón del entretenimiento. Se pasó de 3 victorias consecutivas que parecían improbables (Tigres, Tijuana y León), atravesando vidrios rotos en la tribuna del Olímpico de CU (empate a 1 - Atlas), hasta la ilusión de vencer en su propia casa al Odiado Rival (1-3 en el Estadio Azteca al América).

De pronto el Torneo y la situación parecía favorable, aunque se sostenía sobre alfileres; la reelección de Borja Navarrete sucedió sin mayor contratiempo pese a todas la dudas del entorno, los Trejo se afianzaron pese a que la tribuna no aceptaba el estilo de juego y el vestidor y los pasillos del club padecieran sus propios dramas.

Así, el equipo se subió a un carrusel de resultados, donde no repitieron uno, ora ganaban, ora perdían, luego empataban, sin que hubiese una racha consistente (desde la jornada 7: E/G/E/P/G/P/P/G/E/G/P), a excepción de dos derrotas consecutivas en la J12 (Pumas 1-2 Monterrey) y J13 (Santos 2-1 Pumas), hasta terminar la fase regular con una derrota frente a Cruz Azul en el Olímpico de CU; lo que le bastó para ser el tercero de la Clasificación.

De tal manera, los Pumas parecían estar embarcados en una navegación prometedora aun en la inconsistencia, pero la afición y el palpitar propio del club sentía la tensión de una calma ambigua, que se sabía vaporosa.

El Verano

En partidos intensos pero sin gran dramatismo hacia la conclusión, los Pumas fueron echados en cuartos de final por Pachuca (Global de 5-3 [1-1 ida/ 4-2 vuelta] para los Tuzos), que a la postre caería frente a León en la final para coronarse Bicampeón, lo que igualaba la hazaña del 2004 de los propios felinos universitarios.

De esa manera, el equipo pasaba a la reestructuración veraniega, dónde la promesa era encontrar estabilización y un rumbo definido, aún con la inconformidad de la fanaticada auriazul; todo ante un panorama que debía ser más fluido pues el equipo había obtenido un buen puesto y estaban en el timón directivo y técnico ambos Trejo que parecían haberse consolidado.

Sin embargo, las decisiones que se tomaron en el cambio de temporada terminarían por demostrarse a sí mismas como erróneas, ésto a "toro pasado". Trejo pidió dos contrataciones especiales, ambos extranjeros: Matías Britos a cambio de Martín Bravo (que venía de haber hecho su mejor temporada como goleador a pesar de haberse lesionado en la jornada 11 y perderse el resto del torneo) y Francisco Dutari, proveniente de Rosario Central como líder de la defensa.

En principio, el cambio fue en la plantilla, renovándose de alguna manera: Velarde, uno de los más consolidados canterano, abandonaba el club, y Eduardo Herrera regresaba de su préstamo con Santos. Aunque también en la estructura las cosas empezaban a moverse: el Doctor Roberto Rodríguez abandonó la institución en medio de un torbellino mediático con Mario Trejo tras 25 años de servicio en el Club.

Segundo Torneo y explosión de la calma

Aunque en apariencia el equipo llegaba con un horizonte más amable para el Apertura 2014, el drama y los obstáculos se presentaron desde el primero momento: perseguidos por los medios con la salida de Rodríguez y la contratación de dos elementos que se suponían titulares, la escuadra afrontó el primer partido en medio de la expectativa, pero saldrían avantes al vencer contundentemente a Querétaro por 1-3 luego de 21 años sin ganar en la Corregidora (muchos calificarían posteriormente ese resultado como un   del zzoespejismo).

Para la jornada 2, empezaría el desazón que rompería definitivamente la tensión que parecía calma superficial. El equipo perdió 0-1 contra Chivas en el EOU, para seguir así hasta la jornada 5 (perdiendo - Toluca, Atlas y León consecutivamente), para terminar por destapar la explosión inminente con un empate a uno frente a Tijuana en CU por la jornada 6, siendo oficialmente el peor inicio de temporada de los felinos del Pedregal.

De este modo, tanto José Luis Trejo como Mario Trejo abandonaron sus puestos en la institución, al haberse concretado el peor desempeño del equipo en torneos cortos y no haber visto victoria de local, condición que les había puesto en la cuerda floja y no se presentó en esta ocasión para salvar su permanencia.

Con todo esto, la nueva etapa era necesaria, la sacudida convulsiva era ya palpable y obligba a otro plan, con lo que llegó Guillermo Vázquez, último entrenador campeón con los felinos y conocedor a fondo de fuerzas básicas y el funcionamiento general del Club, la apuesta que pareció casi milagrosa.

Salir del Hoyo

Con el arribo de Guillermo Vázquez, los Pumas vieron casi instantánemente una cara renovada, inesperadamente vencieron de visita al América con un gol solitario de Dante López, que devolvía un poco de ilusión y reencontraba a la afición con su equipo en un partido reñido, intenso y de gran entrega universitaria.

Pese a todo, el proceso no podía ser tan rápido como se deseaba y la cuesta arriba le esperaba a un plantel con un entrenador nuevo que no había diseñado al equipo para esa temporada que jugaban a la que había llegado a corregir el rumbo ya avanzado. Con el colchón que supuso la victoria en el Estadio Azteca, el equipo se embarcó en una serie de resultados, pese a inconsistente, más positivos que negativos (E/G/E/G desde la J8 hasta la jornada J11).

La primer derrota de Memo llegaría frente a  Leones Negros, recién ascendido, en la Jornada 12, lo que aparentaba reabrir el drama en el entorno auriazul; lo que se vio reforzado con tres empates consecutivos frente a Pachuca, Santos y Veracruz, con lo que el cambio favorable se tambaleaba y los cuestionamientos regresaban, aunque la afición, en esta ocasión, respaldó al técnico. 

Ya en la Jornada 16, los Pumas vencieron a Cruz Azul para reabrir la posibilidad de su regreso milagroso y su reestructuración impostergable (ya con Antonio Sancho confirmado como sustituto de Mario Trejo y el club funcionando en el nuevo plan trazado), con lo que un último triunfo les colocaba para resarcir una temporada adversa; y así, el milagro llegó, venciendo 4-2 a Monterrey para alcanzar "con las garras" el octavo puesto que los metió a la Liguilla.

La Promesa

Foto: Club Universidad

Con la ilusión y anhelo renovado, los Pumas llegaron a una liguilla casi de forma milagrosa, con todo en contra y habiendo revertido todo un año a cuestas, a base de una reestructuración interna, casi intima. Y de esa manera, con los bríos al punto, enfrentaron al América en un partido de ida muy cerrado, que dio a Pumas como ganador en CU por 1-0 con gol de Eduardo Herrera (nuevo goleador de la plantilla, recibiendo la confianza total de Vázquez).

En el partido de vuelta, buscando aprovechar cualquier resquicio, los Pumas trataron de contener su ventaja, fallando varias oportunidades al frente: el sistema funcionaba, el equipo le estaba peleando de tú a tú al líder indiscutible del torneo, el odiado rival y lo hacia temblar en casa; pero la fortuna, veleidoso y cínica, si es que queremos culparla, hizo que el capricho se quedase con los emplumados. 

Pumas cayó derrotado 1-0 en el Estadio Azteca, siendo eliminado por la posición en la tabla por un marcador global empatado a uno; casi había derrotado al América, al que se convertiría en campeón, un casi que jamás es suficiente, un casi que no vale nada, pero que es promesa, que vale como anhelo naciente en las tribunas: constatación de que el equipo dice que se ha levantada de las profundidades oscuras de un hoyo que por momentos parecía insalvable y ahora le pone en discusión de candidato para el próximo torneo.

Por ello, de cara al inicio del Clausura 2015, los Pumas de la UNAM, renovados a medida (con refuerzos y despedidas en el plantel) para el nuevo plan cabalgado por Guillermo Vázquez y Antonio Sancho, prometen luchar y dejar la piel por regresar a la institución a esa competencia de triunfo a la que pertenece, usando los colmillos de un Puma que sabe lo que es la victoria y la garra de la sangre azul y oro que jamás deja de ser mítica.

Calendario Pumas Clausura 2015