Después de casi 12 años en los Pumas de la UNAM, es difícil no reconocer al '4' que domina a los delanteros que pretenden entrar al área propia, e intimida a los defensas adversarios cuando se suma a rematar en los balones detenidos. 

Darío Verón es un paraguayo que ha vivido los momentos más álgidos y también los más sombríos del club, pero nunca ha dejado de entregarse en la cancha durante los 90 minutos, independientemente del resultado. 

El brazalete de capitán lo avala como un comandante a la hora de dar las órdenes certeras para cerrar las líneas o llevarlas al frente, esto, aunado a la cercanía que tiene con los jóvenes canteranos, le ha servido para establecer un buen funcionamiento dentro de la defensa del Club Universidad Nacional.

Para sorpresa de muchos, el Clausura 2015 trajo consigo muchos retos y claroscuros para el conjunto felino, y entre ellos, figura la llegada del charrúa Gerardo Alcoba, un elemento que llegó por sorpresa al equipo para tratar de cubrir el hueco dejado por la salida de Marco Antonio Palacios. El 'Hechicero' fue quien más debió acostumbrarse a la idea, pues desde la partida de 'El Capi' Joaquín Beltrán, no se había encontrado con un jugador que tuviera el temperamento y la entrega para competirle en la última línea. 

Con el paso de las jornadas, la muralla sudamericana comenzó a entenderse y fue un obstáculo difícil de librar para los delanteros rivales. Y no solamente los dos extranjeros sirvieron para fortalecer la zona baja del conjunto, el crecimiento personal de Luis Quintana también fue un factor clave para seguir manteniendo los balones lejos del arco auriazul. 

De los 17 partidos que disputaron los Pumas de la UNAM, Darío Verón jugó 15; en los dos que no figuró, uno fue por lesión y el otro por acumulación de tarjetas amarillas, mismo hecho que es una prueba contundente de la fuerza y la determinación con la que el defensa paraguayo sale a la cancha para defender los colores. 

Aunque es cierto que ya no cuenta con la misma velocidad y el arranque de los primeros años en que llegó a México, no ha perdido la explosividad, el empuje, la fuerza física y la entrega necesario para asirse del punto más alto entre sus compañeros y desde ahí llevarlos al frente para conseguir sumar puntos para la escuadra. 

A diferencia de otros torneos, Verón no consiguió goles, pero en los partidos contra Chivas, y en el último, contra Monterrey, le anularon dos cabezazos por supuesta posición adelantada, misma que se ha desmentido con las repeticiones de la televisión. Asimismo, en el partido contra Toluca cumplió 400 partidos con Pumas

Cuando se le pregunta cuánto tiempo le queda en Pumas, simplemente sonríe a las cámaras y dice "el tiempo que Dios disponga", pero en el fondo sabe, al igual que muchos de nosotros, que tal vez sólo sean un par de años los que siga acompañando y dirigiendo a los del Pedregal, mientras tanto, esperamos tener Verón para rato y jugadores que aprendan a sudar la camiseta como él.