Pocos creían que la vuelta de Eduardo Herrera a los Pumas de la UNAM fuera tan productiva e interesante. Su salida a Santos Laguna fue simplemente la mejor elección para el jugador y el club que lo prestó. Y absorbió de gente como Oribe Peralta y Darwin Quintero la astucia y tenacidad que cualquier atacante debe de tener.

Herrera debutó en el Apertura 2011 con mucha expectativa de ser un delantero nacido en cantera. A pesar de que le costó mucho trabajo tener continuidad en el primer equipo, varias actuaciones fueron destacadas y empezaron a llamar la atención de los entrenadores que tenía. Pero fue su regreso a Ciudad Universitaria y la friolera de siete goles en liga y dos en Copa MX lo que convencieron a Guillermo Vázquez de darle la responsabilidad del ataque auriazul.

Y pudo juntarse bien con sus compañeros Ismael Sosa y Dante López, quienes ayudaron mucho en el crecimiento y fortalecimiento del llamado ‘Grande’ como parte del once inicial. Aunque su cuota no fue la misma que el torneo anterior, en este Clausura 2015 Herrera tuvo la cantidad de 5 goles y empató con Omar Bravo como el mejor goleador mexicano.

Tuvo 31 disparos a la portería, lo que no lo hizo un hombre tan certero pero si con un buen olfato. También habría que entender que Vázquez utilizaba a Eduardo como un poste para bajar la pelota, tanto a Dante, Britos y a Sosa. Ellos eran los que desbordaban y trataban de poner el balón en donde mejor se desempeña Herrera que es por arriba y en el área.

En el terreno disciplinario, Herrera fue limpio y sin muchos aspavientos. En 17 partidos sólo tuvo dos amarillas y era de los pocos que hacían nulos reclamos a los silbantes. Podemos decir que el ariete dejó la banca para siempre y, además, pudo destacar entre un mar de extranjeros no solamente en el plantel, sino en todo el futbol nacional.

Tanto así que Miguel Herrera lo tiene considerado para estar en Copa América en Chile 2015. Con dos encuentros convocados, el canterano universitario ya tiene un gol ante Paraguay en amistoso, además de que fue de gran ayuda para sus compañeros en aquel encuentro. Negar que es un prospecto para ser ídolo en México sería sólo taparse los ojos a una realidad presente que se forjó en el Pedregal.