Ese mano a mano parecía costarle a Boca Juniors la Copa Sudamericana 2005 ante los Pumas de la UNAM. Un contragolpe letal que empezó con una peinada de Bruno Marioni y llegó a los pies de Ismael Íñiguez lo cortó de forma inadecuada Roberto Abbondanzieri. Un árbitro normal hubiera pitado tajantemente la tarjeta roja porque cortó un avance directo de gol y tocó el balón con la mano fuera del área… pero eso no sucedió.

Carlos Amarilla no dudo en solo amonestar al ‘Pato’ y dejarlo para que, en la definición de penales después de que el encuentro quedara 2-2 en el global, fuera el gran héroe que definiría el último tiro de castigo y los ‘xeneizes’ se quedaran con aquel campeonato y la tristeza de los universitarios inundara las pantallas de televisión.

Mucho se habló de aquella jugada, así como otros detalles arbitrales en los dos encuentros de esa gran final. Pero como un buen invitado, los auriazules no pudieron reclamar nada, tomaron su medalla de segundo lugar y regresaron como héroes sin corona. No hubo más que el triste recuerdo del “hubiera sido” ante ese grave error arbitral.

Hoy, Amarilla tiene un serio problema y ha sido suspendido por la Federación Paraguaya de Futbol después del destape de escándalos que ha sacudido a la FIFA y a la Conmebol en los últimos días. El más reciente fue una conversación que se dio entre Julio Grondona y Abnel Gnecco, del comité de árbitros para la confederación sudamericana, para ayudar a los argentinos en una semifinal de Copa Libertadores en el 2013, haciendo que pasaran a la gran final.

En esta conversación se puede escuchar "¿Lo quieren ahí en Argentina a Amarilla? Mirá, si no lo quieren no sé, lo quiero yo y ponelo y dejame de hinchar las pelotas. Poneme a Amarilla y dejame de joder". A la postre, Boca Juniors sería campeón continental y la mancha de los arreglos por parte de los de pantalón largo se hacía casi impunemente.

Aunque se ha asegurado que no hay rastro de que Amarilla tuviera un arreglo para aquella final del 2005, las suspicacias están a la orden del día. El tiempo no puede regresarse, aunque hoy todo podría ser explicado. Pumas no ha regresado a los primeros planos para volver a terrenos internacionales, pero quedará en los anales de su historia esa final donde siempre se han sentido ‘robados’.

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